María IGLESIAS

En los años cincuenta España estaba considerado un país de «pandereta», la dictadura política y las condiciones de la población impedían el desarrollo de una buena imagen externa del territorio nacional. Ramón Álvarez Viña, por aquel entonces empresario asturiano de prestigio, se interesó por aspectos de la cultura española con el fin de romper determinados estereotipos. Hombre de ciencias, le llamó la atención la obra de Cervantes y en especial «El Quijote», hasta que llegó a acaparar una amplia colección de ejemplares.

El mismo Álvarez Viña acudió ayer, como experto cervantista, a la presentación de uno de los cursos de verano promovidos por la Universidad de Oviedo, bajo el título «Gijón: entre Cervantes y Jovellanos». «La vida de empresario era muy dura y siempre que podía me evadía visitando los museos», explicó ayer el responsable de la Fundación Álvarez Viña. En el año 2005, con motivo de la celebración del cuarto centenario del «Don Quijote de la Mancha», el asturiano cedió toda su colección privada al Ayuntamiento de Gijón. «La donación fue un acto bueno porque supe que la iconografía tendría vida, que iba a seguir aumentando y, sobre todo, que estaría segura,», dijo ayer el experto cervantino.

Antes de concluir su discurso, el apasionado del escritor de Alcalá de Henares hizo una recomendación a los alumnos presentes en el salón de actos de la Cátedra Jovellanos: «Aunque vuestra inclinación profesional esté dirigida a las ciencias, os animo a tener una afición cultural». El objetivo de este curso, según anunció ayer el presidente de la Fundación Foro Jovellanos, Jesús Menéndez Peláez, es demostrar que «Jovellanos no era localista, sino un gijonés universal». Por ello, unir la obra de Jovellanos y la de Cervantes supone estar en posesión de «una amplitud de miras y de horizontes». La iconografía completa de «El Quijote», cedida por Viña, reposa en la biblioteca municipal de El Coto, aunque Peláez reclama una nueva ubicación. «Ahora que se van a dar nuevos usos museísticos a la antigua Fábrica de Tabacalera, sería conveniente que la colección se trasladara ahí», pidió el presidente del Foro Jovellanos. Al acto de presentación de «Gijón: entre Cervantes y Jovellanos» también asistió el concejal de Educación y Cultura del Ayuntamiento, Justo Vilabrille, quien animó a docentes y alumnos a «investigar y estudiar el legado de Cervantes para darle entidad a la colección de Álvarez Viña». Por último, Viña habló de un ejemplar de «El Quijote» al que «le tengo especial cariño; data de 1809 y tiene un valor incalculable».