«Dicen que somos los más maduros de todas las charangas», aseguran con ironía los miembros de «Xolgoriu Baxo el Horru». A ellos les da igual que les asignen veteranía puesto que lo único que les importa es pasarlo bien. «Comenzamos a ensayar en octubre, cuando los trajes y letras están medio encaminados», apostillan estos vecinos de Gijón que tienen su cuartel general en el barrio de El Coto. Ensayan en una de las salas de la iglesia de San Nicolás de Bari, así que seguramente también serán forofos del Sporting, al igual que su párroco, Fernando Fueyo, capellán del equipo local.

Los treinta y cinco miembros diseñan, cosen -más las mujeres que los hombres- y componen las letras que luego ofrecen al público en la actuación del Jovellanos. «Este año vamos, como casi siempre, requeteguapos», dice Cristian García, con el entusiasmo característico de un grupo que crece en efectivos de año en año. Y que se rejuvenece, para todas las edades.