Nacho AZPARREN

Algo rompió el habitual clima de concentración en el entrenamiento sportinguista. Los futbolistas se vieron sorprendidos según llegaban a Mareo a primera hora de la mañana con la presencia de una vaca. En este caso se trataba de una res silenciosa, de cartón para ser más exacto. Es la creación de la clase de 6º B de primaria del colegio gijonés Clarín. La iniciativa se debe a la celebración del 25º aniversario del colegio, que dio pie a que cada una de las 12 clases del centro elaboraran una vaca con los colores que los alumnos decidieran. Un gesto en recuerdo de «¡Adiós, cordera!», obra de Leopoldo Alas, Clarín, protagonizada por una vaca.

Los alumnos de 6ºb lo tuvieron claro desde el principio: decidieron que su res vestiría los colores sportinguistas, «Esto servirá para dar ánimos al equipo y que logre la permanencia», explicaron los jóvenes. Los alumnos que confeccionaron la vaca decidieron a continuación llevarla a Mareo para que los jugadores estamparan su rúbrica. El capitán sportinguista, Sastre, se encargó de introducir el animal en el vestuario rojiblanco y que, uno por uno, todos los jugadores dejaran su firma en el pantalón de la figura. «A ver si puedo conseguir la firma de Rivera, es mi jugador favorito», explicaba Sara con una risa nerviosa minutos antes de que los jugadores saltaran al césped de Mareo. «El mejor es Botía», añadía Pelayo; «espero que se quede un año más en el Sporting».

A las once los jugadores salieron del vestuario e inmortalizaron el momento con los alumnos y con su obra. Los gritos de ánimo y el apoyo moral de la vaca dieron su fruto en la jornada de Liga y los de Preciado seguirán en la máxima categoría. La vaca sportinguista podrá lucir otro año más orgullosa sus colores.