J. L. A.

Los responsables del puerto de Cork tienen un gran interés en que el proyecto para unir esta dársena con El Musel, para la que la Autoridad Portuaria de Gijón ha aprobado la petición de 7,7 millones con cargo al programa europeo «Marco Polo», salga adelante cuanto antes. Y es que la conexión se plantea, entre otras razones comerciales, para dar un servicio de transporte marítimo a la comunidad de casi 150.000 irlandeses que tienen una segunda residencia en España o Portugal, además de ofrecer una alternativa a los numerosos estudiantes españoles que acuden a Irlanda para aprender inglés o ampliar sus conocimientos de este idioma.

De concretarse esta propuesta de autopista del mar, para la que, tal y como publicó ya este diario, hay inversores interesados, Gijón se convertiría en la puerta de entrada y salida peninsular del transporte por mar de viajeros y mercancías con Irlanda. De ahí que, según las fuentes conocedoras de la operación consultadas ayer por este diario, el proyecto tenga muchas posibilidades de recibir el apoyo y la financiación de la Comisión Europea (CE). Esta conexión reúne las condiciones que los responsables comunitarios exigen a este tipo de iniciativas. La estrategia de la CE pasa por apoyar e incentivar el transporte por barco y ferrocarril para descongestionar las saturadas carreteras del Viejo Continente, sobre todo las de Pirineos y Alpes. En el caso de Irlanda, que se ha visto, por ejemplo, muy afectada por los efectos del volcán islandés sobre el espacio aéreo, su insularidad es una razón más para apoyar un enlace marítimo con el sur de Europa.

La conexión entre El Musel y Cork -la segunda ciudad de la República de Irlanda, después de Dublín- tiene, pues, muchas posibilidades de prosperar, según las fuentes citadas. Un buque ro-pax (tráfico rodado y pasajeros), como en el caso de la autopista del mar con Nantes, prestaría el servicio. Los exportadores irlandeses están interesados, además, en un enlace rápido con la península Ibérica para sus tráficos de pescado fresco, productos químicos, farmacéuticos, informáticos, lácteos y de ingeniería. Por El Musel pueden salir hacia Irlanda frutas, hortalizas, materiales de construcción y automóviles. El tráfico entre ambos países es en estos momentos de unos 50.000 contenedores anuales.

Los responsables de Cork están interesados en que la autopista del mar entre en servicio este año, aunque la larga tramitación que ha seguido la conexión entre El Musel y Nantes-Saint Nazaire, adjudicada a GLD Atlantique (Grimaldi y Dreyfus), indica que el proceso será más largo. La difícil situación económica europea puede, también, retrasar el proyecto.