R. VALLE

La experiencia piloto se hizo en una pequeña obra en el entorno de la gasolinera de Foro pero ahora llega la prueba de fuego. La Empresa Municipal de Aguas (EMA) pondrá en marcha en las próximas semanas un proyecto de renovación de una parte importante de su red de abastecimiento de aguas en La Calzada y Nuevo Gijón-Perchera con la originalidad de la utilización de la técnica del «bursting». O más conocida de una manera popular como tecnología sin zanja.

La obra será realizada por los operarios de la empresa Esyco Construcciones, a las que se les adjudicó el contrato en la reciente reunión del consejo de administración de la empresa, que preside la concejala socialista Dulce Gallego. Esta renovación de la red ha tenido un precio de adjudicación de 1.025.2001,11 euros. Casi medio millón menos de euros que el precio indicado en el estudio previo que la empresa municipal realizó en el verano del año pasado. El plazo de ejecución de las obras está calculado, en un primer momento, en nueve meses.

Los números que hacen los técnicos de la EMA es que este sistema reduce en un 85% la superficie de pavimento que hay que abrir para poder cambiar la red de tuberías del agua. Ello supone, sólo para empezar, minimizar las molestias que sufren los vecinos y comerciantes de las calles afectadas por las obras durante su realización. Algo que ahora está a la orden del día. Este sistema de trabajo empieza a ser usual en todas las ciudades españolas aunque la Empresa Municipal de Aguas de Gijón es la entidad del norte de España que ha optado con más fuerza por pasarse a este método de actuación.

El «bursting» es un método sencillo, o por lo menos así lo entienden los expertos de la EMA, pero sólo resulta factible donde ya existe una red bajo el suelo. El pavimento se romperá en puntos muy concretos del espacio en obras para poder hacer llegar al subsuelo una máquina que, al tiempo que va descomponiendo la tubería histórica para hacerla desaparecer, va introduciendo la nueva tubería. Y manteniendo el mismo diámetro para no rebajar las funcionalidades de la red en el agua que sirve a los usuarios de esa zona. Por eso, y como ya se hace en todos las actuaciones, antes de comenzar con la obra se realiza un «by-pass» en la red que permita seguir manteniendo el abastecimiento a los vecinos.

El proyecto que ahora arranca tiene como objetivo sustituir 7.565 metros lineales de tubería que había quedado obsoleta en dos ámbitos de la ciudad. Por un lado, se actuará en el área de Perchera y alguna calle de Nuevo Gijón y, por otro, se extenderá el proyecto hasta el barrio de La Calzada con actuaciones en algunas de sus arterias más importantes. La renovación de la red de abastecimiento de aguas afecta, por ejemplo, a las avenidas de Brasil y de la Argentina o a las calles Honduras y Manuel R. Álvarez. Todas ellas son calles con un gran tránsito tanto de peatones como de coches y ejes central del transporte urbano y de la vida comercial en la zona oeste de la ciudad. Este cambio en la red permitirá también poder incrementar la presión del agua que reciben algunas comunidades de vecinos, aunque en este caso la mejora depende también de las condiciones de las instalaciones interiores de los edificios.

Por otro lado, el mismo consejo de administración que adjudicó esta obra dio luz verde al proyecto de arteria de conexión de la toma de Cadasa con la estación de tratamiento de aguas de La Perdiz, en Roces. La actuación fue adjudicada a la firma Dicaminos por un importe de 1.903.254,72 euros. Además, se aprobó la adquisición de un camión-grúa de 15 toneladas a la firma Vehículos Industriales de Avilés por un importe de 125.000 euros. Eso si, el eje central de esa reunión del consejo fue la aprobación de la subida de las tarifas del agua para el año que viene. La subida media es de 2,9% -un punto más que el IPC- al repercutir el precio de Cadasa.