J. L. A.

La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, invocó la hora de austeridad que se ha impuesto a la Administración para obsequiar a los alcaldes que ayer acudieron al brindis navideño con un detalle, a su juicio, modesto. Optó por el perfume «Gijón», una creación de Eva Rogado. Lo ofreció a sus invitados con sus mejores deseos y una nota de atención subrayada con mucha sonrisa: «Incluye entre los componentes el sándalo, que tiene efectos afrodisiacos, que vienen bien para romper la rutina, pero no sigo».

El alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, no perdió palabra de la técnica explicación que dio Felgueroso. Faltó tiempo para hacer oír su voz: «¿Dónde me puedo hacer con un garrafón?» Y, acercándose a Felgueroso, le propuso: «Atrévete a olelu (el perfume) delante de mí; yo ya noto algo».

Estas bromas entre los responsables de las dos mayores ciudades asturianas forman parte del ambiente que ha permitido construir, a finales de cada mes de diciembre, el brindis municipal navideño. Gabino de Lorenzo regaló, por su parte, a la alcaldesa de Gijón un retrato de Felgueroso, una acuarela obra del arquitecto José Rivas. Pese a que la regidora gijonesa dudó de que se pareciera a la figura del cuadro, De Lorenzo terció de inmediato: «Ahí están esos dos güeyinos verdes que son dos esmeraldas y una ceja al estilo Zapatero».

Hubo, claro, más obsequios, aunque perfume y acuarela fueron los más comentados. Así Felgueroso también regaló una publicación sobre el Jovellanos botánico, después de recordar que el próximo año se conmemora el bicentenario de la muerte del prócer gijonés, efeméride que coincidirá con la organización de un congreso internacional sobre el ilustrado asturiano. Pilar Varela, alcaldesa de Avilés, obsequió a sus homólogos con una infografía del pórtico de la iglesia de los Padres Franciscanos.