A. RUBIERA

A pocos días de que se abra el plazo de solicitud de matrícula en los colegios y escuelas infantiles (del 26 de abril al 6 de mayo), la preocupación de muchas familias con niños de 3 años es evidente. Desde hace tiempo, conseguir plaza en el colegio preferido por los progenitores es casi una cuestión de lotería en algunos barrios. Y nunca mejor dicho, porque la alta demanda de algunos centros concretos (sobre todo los colegios concertados) y en algunos barrios de la ciudad como Montevil, Roces o Viesques obliga a que la admisión se realice teniendo en cuenta, primero, los puntos que acumula cada alumno para la admisión (en base a su domicilio, su renta y otras variables) y, segundo, según el sorteo de apellidos determinado por la Consejería.

Este año, pese a esa alta demanda que se repite desde hace ya algunos cursos, la Consejería de Educación ha abierto el procedimiento de admisiones fijando para Gijón un oferta de 63 unidades de 3 años en la red pública y 28 en la concertada. Exactamente la misma que se hizo el pasado curso y que en el mes de mayo se tuvo que incrementar con 10 grupos más en la pública para dar cabida a todos los alumnos que habían quedado excedentes en casi una treintena de colegios.

Además de esas unidades extraordinarias, la Consejería tuvo que saltarse sus propias normas que indican que en las aulas de 3 años los centros públicos deberían tener una ratio máxima de 20 alumnos por grupo. Colegios como el Río Piles, Severo Ochoa, Las Mestas, Antonio Machado, Cabrales, García Lorca, o Piñole tuvieron asignaciones que superaban esa norma. En el caso de la concertada, la ratio que marca Educación es de 25 alumnos por aula (todas las aulas se llenaron este curso) y sólo de forma muy extraordinaria se puede superar.

Lo mismo los sindicatos que las asociaciones de padres que participan en la comisión de escolarización del concejo tienen claro que ese curso, de nuevo, habrá que hacer incremento de grupos y casi un «encaje de bolillos» entre las preferencias de los padres y las posibilidades de cada centro. Lo que ya se sabe, por el sorteo llevado a cabo hace algunas semanas en la Consejería, es que este año los empates en el procedimiento de admisión del alumnado se resolverán dando preferencia las familias cuyas dos primeras letras del primer apellido sean CB, y el sentido de la ordenación alfabética será de la Z a la A.