R. GARCÍA

«Cuando vi que me arroyaba sangre por una pierna fue cuando me di cuenta de que me habían pinchado. Hasta entonces no lo había notado». El joven que en la madrugada de ayer fue apuñalado por un senegalés en la zona del Fomento, J. M. C., reflexionaba así desde su cama en el Hospital de Cabueñes. Tras declarar ante los agentes encargados de la investigación del caso, el gijonés relataba lo vivido en una noche en la que él sólo quiso proteger a una amiga.

«Cuando salí del bar en el que estábamos todos, vi que ella estaba discutiendo con alguien y le pedí al chico que se tranquilizara. Yo ni siquiera sabía lo que había pasado, pero quería que él se fuera de allí para que la dejara en paz», relataba ayer el joven en conversación con este periódico .

En plena trifulca J. M. C. sintió «como si me hubieran tocado». El senegalés ahora detenido acababa de clavarle en el abdomen una navaja. «La gente empezó a rodearme, una chica me trajo betadine y yo me senté en un portal», recuerda el herido. Poco antes del suceso el joven gijonés había decidido volver para casa «pero después encontré a una amiga y decidí quedarme un poco más», concluyó. Tras la agresión, el joven fue conducido al Hospital de Cabueñes. Fue allí donde se enteró de lo que le había sucedido a su amiga, que continúa ingresada en la unidad de cuidados intensivos del centro médico gijonés. La evolución de ambos es favorable, según fuentes médicas.

La discusión entre las víctimas y el agresor, que no llevaba encima ningún tipo de documentación en el momento de los hechos, tuvo lugar «por un motivo banal sin conocimiento ni enemistad previos entre las partes», tal como aseguraron ayer fuentes policiales. Sucesos de este tipo son, según los agentes, «muy difíciles de evitar».

A pesar de lo violento del caso, el apuñalamiento no sorprendió demasiado a quienes ayer se encontraban a las siete de la madrugada disfrutando de la noche en la zona de Fomento. «El senegalés venía buscando bronca», aseguraba uno de los jóvenes que se cruzó con el ahora detenido, «le pidió tabaco a un chico y como no se lo dio intentó agredirlo también pero consiguió escapar», relataba este joven. El senegalés no fue el único detenido en una noche en la que además los funcionarios policiales de la ciudad arrestaron a otro ciudadano acusado de amenazar con un martillo a un viandante.