A. RUBIERA

Una simbólica protesta a la entrada del centro, una concentración pacífica en el patio y el retraso en la entrada de sus hijos al colegio para comenzar la jornada escolar fue la forma en la que ayer mostraron su enfado cerca de un centenar de padres y madres de alumnos del Colegio Jacinto Benavente, de Vega. Su enfado tiene que ver con la imposibilidad de cambiar la jornada escolar del Colegio de Vega, pese a que el 57% de las familias del centro han dejado claro en una reciente consulta que quieren beneficiarse de la jornada continuada, dejando para la historia la tradicional jornada partida que siempre ha imperado en la organización del Jacinto Benavente.

Los padres se sienten perjudicados por la normativa de la Consejería de Educación que sólo contempla que se cambie el horario de los centros si se logra el respaldo del 60% de los padres y madres de alumnos, manifestada en una votación que sólo se puede llevar a cabo una vez cada curso escolar. La de este año se llevó a cabo hace sólo unos días, y fue la más apretada de toda la historia del centro, quedándose a sólo unos votos de lograr la jornada continuada.

«Con la protesta que hemos hecho queremos demandar un cambio de normativa porque entendemos que con tener la mayoría de los votos emitidos debería ser suficiente; y ésa, la tenemos», explica Margarita González, una de las organizadoras de la manifestación de ayer. Pero, además, este grupo de familias quiere luchar también contra el hándicap que supone que los contratos de transporte escolar -como el que beneficia al centro de Vega, al tratarse de un colegio de concentración rural- se cierren por varios años y no dejen margen al cambio de horario. «Mientras esos contratos estén vinculados a un horario, las familias que son usuarias no van a poder votar libremente lo que quieran, siempre lo harán condicionadas a no perder ese transporte. Necesitamos que además de la normativa se corrija, también, la vinculación al transporte», apuntó Margarita González. Las familias tienen intención de seguir con sus acciones de protesta y de presión ante la Consejería. Se da la circunstancia de que Ana Isabel Álvarez, consejera de Educación, tiene a sus hijos matriculados en el Jacinto Benavente.