A. R.

Los portavoces de las familias, de los profesores y del Ayuntamiento en el consejo escolar del Colegio Jovellanos firmaron ayer su «unánime respaldo» a las actuaciones que el director, Mario Suárez, ha venido protagonizando «en defensa del colegio», relacionadas siempre con las obras de ampliación del Jovellanos. Esa defensa le llevó a remitir multitud de escritos de queja o reclamación a la Consejería o el Ayuntamiento, y la mayoría tuvieron repercusión en los medios de comunicación. Los representantes de los padres y los profesores garantizaron ayer formalmente que las gestiones de Suárez «contaron siempre con el consenso del consejo escolar, tal como se recoge en las actas de las reuniones celebradas», demostrando así que «el funcionamiento de nuestro centro se ajusta a las normas democráticas y las decisiones se adoptan en un clima de convivencia distendido y con respeto a la libertad de expresión de todos». La nota hecha pública ayer por los representantes del consejo escolar del Jovellanos quiere ser «la opinión que faltaba» (tras haberse pronunciado partidos políticos, asociaciones de padres y sindicatos) en la polémica que se suscitó tras la inspección que la Consejería llevó a cabo en el Jovellanos para revisar las actas del consejo escolar. Una inspección que se entendió como un acoso al director del centro por tramitar las quejas pese a estar de baja por enfermedad.