R. GARCÍA

La fiscalía de área de Gijón acusa a los responsables de un bar situado en la calle Cabrales de exhibicionismo y provocación sexual. Los ahora imputados organizaron en noviembre del año 2010 un «striptease» al que asistieron decenas de menores con edades comprendidas entre los 13 y los 16 años y a los que incluso se llegó a facilitar, tal como informó en su día la Policía Local, chupitos de alcohol de manera gratuita. El representante del ministerio público solicita al Juzgado que se imponga una multa de 17.280 euros a los cuatro acusados: el «stripper» que realizó el desnudo ante los adolescentes y los tres ciudadanos que por aquel entonces regentaban el establecimiento.

El fiscal mantiene que los ahora acusados «decidieron organizar el 27 de noviembre de 2010 un espectáculo erótico en un pub situado en la calle Cabrales de Gijón con el objetivo de captar más clientela». El ministerio público mantiene que los hosteleros pretendían atraer «esencialmente» a «chicas menores de edad, que eran las que con más asiduidad frecuentaban el local». El «striptease» fue publicitado, tal como relata el fiscal en su informe de conclusiones provisionales, «sin que se establecería limitación alguna de edad para acceder a él». La entrada era libre.

Durante el desnudo se permitió el acceso al establecimiento de 40 menores de edad ante los que el «stripper», un hombre que por aquel entonces tenía 36 años y cuya identidad responde a las iniciales L. R. C., realizó un desnudo integral «en el que voluntariamente llegaron a participar incluso tres menores», según el ministerio público.

El espectáculo fue suspendido cuando varios agentes de la Policía Local accedieron de paisano al establecimiento después de que sus compañeros que patrullaban la zona los avisaran de lo que estaba sucediendo. Los funcionarios municipales, actuando como si de clientes se tratara, vieron cómo el «stripper» sacaba al escenario a una chica de 15 años que llegó a tocarle el miembro viril al protagonista del desnudo. Los agentes identificaron entonces a los menores, que previsiblemente serán llamados a declarar ante el juez, y elaboraron un informe que fue remitido posteriormente a la fiscalía. Tras el suceso, algunos padres de los adolescentes que estaban en el lugar de los hechos aseguraron en conversación con este periódico que no había pasado «nada», restando importancia a lo sucedido: «Todos hemos tenido 16 años», aseguraban algunos. Otros progenitores mostraron, sin embargo, su preocupación en torno a lo sucedido, pidiendo la clausura del establecimiento de hostelería a la entonces alcaldesa de la ciudad, Paz Fernández Felgueroso.

La Policía Local cerró finalmente en diciembre de 2010 el establecimiento, acusando a sus responsables de incumplir la ley de Espectáculos Públicos del Principado de Asturias al permitir que los menores consumieran alcohol en el interior del local. Poco después, otros hosteleros se hicieron cargo del establecimiento, que ya ha cambiado varias veces de nombre y que llegó a albergar un restaurante de comida rápida.

Los tres responsables del negocio clausurado y el «stripper» que realizó el espectáculo deberán comparecer como imputados en el procedimiento penal que se seguirá contra ellos el próximo mes de mayo. Será entonces cuando un Juzgado de lo penal de la ciudad siente a estos cuatro ciudadanos en el banquillo de los acusados. El fiscal encargado del caso mantiene que ninguno de los cuatro imputados cuenta con antecedentes penales computables.