Susana F. SERRÁN

Un viaje a través del tiempo por medio de artistas que transitan la figuración. Así podría definirse «Ultramemoria», la nueva exposición que el Museo Barjola de Gijón inauguró ayer y que podrá visitarse hasta el 3 de noviembre. La propuesta viene del francés Jérôme Nivet-Carzón, comisario de la muestra, y busca encontrar los lazos entre dos artes que en su día estuvieron enfrentadas: la pintura y la fotografía. «Cuando nació la foto, la pintura se vio amenazada y se llegó a pensar que desaparecería. Esto ha evolucionado y aquí lo que se muestra es la mutua colaboración», afirma Lidia Santamarina, directora del museo.

Fue el asturiano Federico Granell, quien hizo posible que la exposición se trajera a Gijón. El artista, de Cangas del Narcea, expone en la galería parisina de Nivet-Carzón, y le propuso a éste traerla a Asturias. «Ultramemoria» ha pasado por ciudades como Moscú, San Petersburgo o Estambul, y en cada región busca a artistas locales. Por eso, seis de los doce que componen la muestra son asturianos.

«Mi obra es una escultura y un díptico. La escultura tiene el guiño de que dentro del personaje hay un interior, como si fuera una casa de muñecas, con los dos cuadros que tengo montados en la exposición pero representados en miniatura», comenta Granell. La idea, según él, es que la gente vea los cuadros del interior de la escultura y los relacione con los que hay en la muestra a tamaño real. «Quien se entere, los reconocerá. Es un juego que va en la idea de la exposición», afirma. «Ultramemoria» busca, precisamente, mostrar la importancia de la memoria a la hora de reconocer imágenes. Según Nivet-Carzón, «que se vea que los artistas usan otras imágenes para crear las nuevas. En la memoria se imprimen muchas imágenes y es la memoria visual la que hace que unas se recuerden y otras no».

Un ataque zombi de figuras con la cara de Blancanieves en medio de un gran centro comercial es otra de las propuestas llamativas de la muestra. Su autora, Sandra Paula Fernández, de Cornellana, dedicó tres meses para plasmar en un gran lienzo cientos de micro historias. «Los zombis da mucho juego porque hay críticas a la Iglesia, al capitalismo... Todos se dirigen al McDonald's, que vende carne humana y está protegido por soldados», afirmó Fernández.

Pero no sólo son asturianos quienes componen la muestra. «Gijón es una de las mejores ciudades en las que he estado. Me encanta el mar y tiene una arquitectura preciosa», afirma Nataliya Lyakh, una artista rusa que expone tres cuadros en el Barjola. En ellos se ve el cristal de un coche y un retrovisor con una fotografía antigua. «El cristal es el futuro, el coche que va hacia delante, y el retrovisor el pasado. Es la metáfora de que el pasado, aunque no quieras, siempre te persigue», sentencia Lyakh.