Era su modelo a seguir y no sólo en lo que a la ideología anarquista se refiere. La Policía Nacional asegura que el gijonés al que la Audiencia Nacional condenó hace apenas unos días a dos años de cárcel por poner una bomba en el distrito de Tetúan (Madrid), seguía a pies juntillas las teorías de Theodor Kaczinki, un famoso delincuente estadounidense conocido como "Unabomber". El asturiano se esforzaba en imitarle. Los agentes que arrestaron al gijonés aseguran que el reo llegó a colocar 30 artefactos explosivos de fabricación casera en diferentes edificios oficiales, iglesias, sedes de partidos políticos y vehículos, poniendo en algunos casos en riesgo la vida de los testigos de sus "hazañas".

El ahora condenado, cuya identidad responde a las iniciales J. L. M., reivindicaba la mayoría de sus actos en páginas web de internet y estaba además relacionado con una mujer detenida por mandarle una carta bomba al secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias. En el momento de su arresto se le imputó además el incendio de una iglesia protestante en el que resultó herido al obispo que se encontraba en el templo. El "Unabomber" gijonés seguía al dedillo las andanzas de su ídolo estadounidense. Actuaba siempre solo, de noche y desplazándose en transporte público o en bicicleta hasta los lugares que elegía para atacar. Su mayor obsesión era no dejar pistas que le pudieran relacionar con sus delitos. Una filosofía que aprendió de su ídolo.

Lo único que al gijonés le separaba de su modelo a seguir era la historia. El "Unabomber" actuó en los Estados Unidos de los años 80. Envió 16 cartas bomba a varios objetivos llegando a acabar con la vida de tres personas y causando importantes heridas en otras 23. Este delincuente protagonizó una de las investigaciones más costosas de la historia del FBI. "Unabomber" fue el apelativo que le pusieron los agentes al acusado utilizando el acrónimo de "University and Airline Bomber" (terrorista de universidades y aerolíneas). No le pudieron capturar hasta que el hermano del hombre más buscado alertó a las autoridades al reconocer la letra de su familiar en una de las cartas. El delincuente llegó a plasmar su ideología en una carta que remitió a los principales periódicos de Estados Unidos y en la que hablaba de las consecuencias que la revolución industrial había traído a la raza humana.

La ideología fue uno de los aspectos en los que se inspiró el gijonés J. L. M. a la hora de seguir el ejemplo del estadounidense, según los investigadores que le siguieron la pista. La acción por la que la Audiencia Nacional le condenó a dos años de cárcel la justificó, de hecho, como un ataque al poder político "y en contra del progreso científico y tecnológico". En la web en la que desde 2009 hablaba de sus acciones se reconocía, además, como miembro de la organización "Tierra salvaje", defensora de los derechos de los animales y contraria a la experimentación científica.