Una combinación de falta de alumnos, la ausencia de programación de prácticas externas y una decisión administrativa que llegó en pleno período de vacaciones ha impedido que la Escuela Superior de la Marina Civil de Gijón pueda incluir en su oferta académica para el curso recién iniciado los másteres de Ingeniería Náutica e Ingeniería Marina que complementan a los grados correspondientes. La afectación ha sido limitada pero en el centro entienden que un problema burocrático ha perjudicado a los alumnos. La solución que se les ha dado es derivarlos a Santander donde sí existe docencia.

"Sabíamos que iba a ser difícil, especialmente por la falta de alumnos de grado. Las normas nos exigen como mínimo diez alumnos en cada máster y este año, al ser primero con graduados, no había suficientes alumnos con el título de grado para cubrir los mínimos. Este problema lo solucionamos captando alumnos del antiguo plan de estudios", explica el director de la Escuela, Daniel Ponte.

La complicación que no esperaban y, al final, fue determinante es que la ANECA (la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación que da el visto bueno a los nuevos títulos universitarios ya adaptados a Bolonia) emitió un informe no favorable a las memorias de verificación enviadas desde Asturias. Dicha resolución, continúa Ponte, "se basaba incomprensiblemente en que no se habían programado prácticas externas" pese a que, como explica el director, "todas nuestras titulaciones necesitan de años de prácticas", por lo que las prácticas que se planteaban para los másteres resultaban, a su modo de ver, "totalmente redundantes". Si a ello se suma que buena parte de los alumnos que se iban a incorporar a esa formación de posgrado venían ya del mundo profesional, se justifica aún más su ausencia en la programación.

En cuanto a los estudiantes matriculados, recuerda Daniel Ponte que no había ningún graduado de Náutica de Gijón con reserva de plaza. "De los graduados en Marina se han visto afectados tres alumnos que los hemos recolocado en Santander", subrayó el máximo responsable del centro.

El resto de estudiantes interesados en acceder a la formación de posgrado ya adaptada a Bolonia eran del antiguo plan de estudios y la mayoría se encuentran en este momento trabajando, por lo que para muchos de ellos no será un año "en blanco" y continuarán en sus respectivos puestos a la espera de que se incluyan ya ambos másteres en la oferta de la Escuela de Marina de cara al próximo curso.

"Aunque el efecto ha sido limitado, no ha sido bueno para nuestra Escuela y es una pena que un simple problema burocrático como éste perjudique a nuestros alumnos, que al final no tienen ninguna culpa", reflexiona Ponte al respecto, quien, no obstante, trata de quitar hierro a este asunto con la confianza de que la Escuela no se vea perjudicada y se puedan impartir los posgrados en el curso 2015-16.

Capacidad limitada

El informe de la ANECA llegó el pasado 1 de agosto, como señalaban los profesores José Manuel Fernández-Valdés y Jesús Ángel García Maza en una carta dirigida a la consejera de Educación y publicada ayer en este diario. En esas fechas, indicaba ayer Daniel Ponte, en plenas vacaciones tanto en la Universidad de Oviedo como en el propio órgano estatal, la capacidad de maniobra para la Escuela de Marina Civil fue "muy limitada". Por ello, prosigue el director del centro, "no quedó más remedio que no poner en marcha los másteres este curso y presentar la memoria a verificación de nuevo para comenzar el próximo año".

En el Norte de España las escuelas de Marina de Santander y Bilbao ya cuentan con la formación de posgrado tanto en Ingeniería Náutica como Marina.