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Cinco años de cárcel para miembros de un piquete en Arcelor en la huelga general

Un juez atribuye a cinco sindicalistas de UGT delitos contra los trabajadores y de lesiones al lanzar petardos a un empleado que no secundó los paros

Protesta de trabajadores en los accesos a Arcelor por Veriña. ÁMGEL GONZÁLEZ

Una sentencia del juzgado de lo penal número uno de Gijón ha establecido penas que van desde los tres años y medio de cárcel hasta los cinco años y tres meses de prisión para cinco dirigentes de UGT en la factoría de ArcelorMittal en Gijón por coaccionar a un trabajador de la siderúrgica que no había secundado la huelga general del 29 de marzo de 2012, al que además lesionaron al lanzar dos petardos en el interior de su despacho cuando se negó a abandonarlo. Los cinco condenados pertenecían entonces al comité de empresa de la factoría de Veriña, al igual que el afectado, que lo era en representación de la Asociación de Personal de Contrato Individual de Arcelor Asturias (ACIAA), que no secundaba el paro.

Los condenados son el actual secretario general de la sección sindical de ArcelorMittal en Veriña y representante en el comité europeo de la siderúrgica, Alberto Bernardo Villalta Jiménez; los sindicalistas José Luis Alonso Cuesta y Neftalí Casares García y los expresidentes del comité de empresa de Veriña José Ángel Álvarez Novo y Jerónimo Blanco González. El magistrado Lino Rubio Mayo impone a todos ellos una condena de tres años y seis meses de cárcel y multa de 4.500 euros como autores de un delito contra los derechos de los trabajadores, por coacciones al trabajador que no secundó la huelga. El juez también condena a los dos últimos a un año y nueve meses de prisión por un delito de lesiones y a que entre ambos indemnicen al trabajador con 600 euros por las lesiones y 70.000 por las secuelas causadas por los dos petardos que le lanzaron, a raíz de lo que el trabajador padece una depresión crónica.

La sentencia, contra la que cabe recurso, considera probado que el día de la huelga general los cinco condenados, junto con otros miembros del piquete, se dirigieron al despacho del departamento de finanzas de la factoría de Veriña, en el que estaba trabajando Arsenio Iglesias Castro, que entonces tenía 62 años de edad. Para obligarle a secundar la huelga, "irrumpieron en el despacho en actitud violenta, comenzando a increparle por haberse incorporado al trabajo, hostigándole reiteradamente para que se marchara de la oficina", según la sentencia.

El fallo señala que llegó a haber un intento de agresión por parte de Álvarez Novo, que fue impedido por parte de Jerónimo Blanco y de Villalta "quienes le sujetaron". La sentencia añade que a continuación José Antonio Álvarez Novo y Jerónimo Blanco lanzaron dos petardos de gran tamaño dentro del despacho, cerrando la puerta "para que no pudiera escapar" el trabajador, tras haberle advertido de que "si no salía por las buenas lo haría por las malas".

Las explosiones hicieron saltar la alarma de incendios. Los bomberos de Arcelor acudieron al despacho y sacaron del mismo a Arsenio Iglesias, aturdido, con pérdida momentánea de audición, vómitos y dolor de cabeza y con "un cuadro de gran ansiedad". Fue atendido por los servicios médicos de la empresa, primero en el botiquín y después en el hospitalillo de Avilés. Aquel día, el trabajador también se encontró su coche con los faros delanteros y la matrícula pintados de rojo y la empresa puso a su disposición un taxi para que regresara a casa. Después de que se tomara unos días de vacaciones, al volver de las mismas, el recibimiento fueron pintadas en su despacho con la palabra "esquirol".

La sentencia recuerda antes de esos hechos, un grupo de huelguistas lo increpó cuando accedía con el vehículo a la empresa.

El trabajador sufre "un trastorno depresivo reactivo grave que le ha impedido ejercer sus ocupaciones habituales y que ha requerido y requerirá de tratamiento médico psiquiátrico continuado e incluso ingresos en el Hospital de Jove, habíéndose cronificado", añade la sentencia.

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