"Aquí los jabalíes son un vecino más". Así se expresa José Luis Pérez, presidente vecinal de Santurio. Además de medidas de reducción de la población de estos animales, Pérez apunta a otras soluciones complementarias, como "la quema o limpieza" de algunas zonas de matorrales próximas a las fincas donde saben que se refugian y viven manadas de jabalíes. Bardiales donde las hembras crían y se multiplican los ejemplares, que "por la noche campan a sus anchas" por la parroquia, colándose en las fincas. Los vecinos de Santurio tienen perfectamente localizados los pasos y caminos abiertos por las piaras, así como las zonas de agua y barro que utilizan "como saunas".
José Antonio Migoya, responsable de Medio Rural de la Caja Rural de Gijón, apunta también a medidas de limpieza de terrenos. "Hay un problema por el abandono de muchas parcelas, municipales y de particulares. Son el terreno ideal para que los jabalíes acampen. Hay parcelas en el corazón de Castiello con hembras, localizadas por ganaderos. Los animales van al maíz, por ejemplo, y los ganaderos optan por no cultivarlo porque es para los jabalíes", explica Migoya. Gran conocedor del panorama rural gijonés, apunta a que "hay problemas con los cotos de caza, muchos optan por cazar en Castilla, que sale más barato, así que aquí no se pone tanto freno a los jabalíes". A ello añade la imposibilidad de batidas controladas. "La administración no quiere dar permisos porque pasa cualquier accidente y son los responsables. Uno por otro, aquí nadie pone solución", asegura.
Medida regional
Ayer se dio a conocer la intención del Principado de desafectar una parte de la zona de seguridad (en la que no se puede cazar) de Gijón para incluirla en el coto de Siero-Noreña. A expensas del calado de la medida, el objetivo es colaborar a mitigar el problema del crecimiento del jabalí en los entornos periurbanos. No es para menos. Recientemente se avistaron ejemplares paseando por la acera de acceso a La Laboral.