El doctor Hossam Foda es profesor de cirugía plástica facial en la Universidad de Alejandría, en Egipto. Está considerado una eminencia en su campo, y desde ayer participa en el Hospital de Cabueñes en el IX Curso de Septorrinoplastia organizado pro el centro. Durante los últimos 20 años la actividad profesional de Foda se ha centrado en la rinoplastia, donde se ha labrado una reputación como uno de los mejores cirujanos reconstructivos. En la actualidad cuenta con clínicas en Alejandría, El Cairo, Dubai y Kuwait, donde atiende a pacientes de todo el mundo. La mayoría de ellos ya han pasado por cirugías previas "poco afortunadas".

-¿Qué casos atiende en sus clínicas?

-La gente acude a la rinoplastia por distintos motivos, ya sea porque no les gusta el aspecto de su nariz o porque no pueden respirar correctamente. En la mayoría de los casos son causas combinadas y hay que resolver ambos casos al mismo tiempo, para que tengan un mejor aspecto y para que respiren mejor. El principal desafío al que nos enfrentamos es hacer eso en los casos de revisión, donde ya han tenido cirugías previas.

-¿Son casos habituales?

-Sí, muy habituales. En la mayoría de los casos los pacientes llegan a los cirujanos especializados justo al final del proceso, tras una primera cirugía en la que el cirujano puede ser cualquiera.

-¿Hay desconocimiento por parte de los pacientes a la hora de acudir a los profesionales adecuados?

-Hay desconocimiento, porque sencillamente buscan ayuda con el primer cirujano que se topan. Sin embargo a la hora de las revisiones no son muchos los cirujanos que acceden a hacer este tipo de intervenciones.

-¿Supone eso que hay un déficit de cirujanos de calidad en este campo?

-En todos los países hay profesionales capaces de hacer buenas rinoplastias. El problema sería que el paciente supiera quién es bueno y quién es malo a la hora de llevar a cabo las intervenciones.

-¿Cómo ha evolucionado la técnica en los últimos años?

-La mayoría de las técnicas han cambiado porque cada vez son más conservadoras. Antes la rinoplastia consistía únicamente en una reducción del tamaño de la nariz, se sacaba el cartílago, el hueso, y el paciente no tenía un buen aspecto, ni siquiera podía respirar correctamente. Por eso ahora se está intentando modificar el hueso y el cartílago sin modificar nada. Así conseguimos los mejores resultados, porque la estructura y la estabilidad de la nariz se preservan y el resultado a largo plazo es muchísimo mejor.

-¿Se mejora así también el postoperatorio?

-Sí, sin duda, sin hematomas ni hinchazón. En cuanto a la recuperación el paciente vuelve a casa pasada dos horas después de la cirugía. Dejamos una férula y esparadrapo en la nariz, que se quita pasada una semana. Después ya pueden volver a trabajar y hacer vida normal, lo que no significa que sea el resultado definitivo, ya que la nariz sigue hinchada. Para que desaparezca todo el hinchazón debe pasar todo un año. Pasado el tercer mes el paciente ya no siente molestias en absoluto.

-¿Hacia dónde avanzan las nuevas técnicas de intervención?

-Son muchas las mejoras tecnológicas pero la mayoría de ellas tienen que ver con gráficos, diagnóstico por imágenes en ordenador para demostrar al paciente cuál va a ser su aspecto después de la cirugía, para que puedan tomar la decisión. Disponemos de cámaras y de imágenes en tres dimensiones para que el paciente se vea en cada uno de los planos y pueda decidir si se trata del resultado que le interesa o no, en lugar de pasar por la cirugía y luego sentirse decepcionado. Aunque ahora hay instrumentos nuevos que hacen que todo sea mucho más fácil, como por ejemplo nuevos instrumentos eléctricos hacen que la reacción sea menor, menos hinchazón, menos edema y hematoma. El paciente puede incluso volver a trabajar mucho antes.

-¿Hay mucha gente descontenta con el aspecto de su nariz?

-En realidad no soy la persona más adecuada para hacer esta afirmación, porque la mayoría de los casos que llegan a mí son de revisión. El 70 por ciento de mis casos son revisiones, sólo el 30 por ciento son cirugías primarias.

-¿Hay algún modelo de nariz que le pidan sus pacientes?

-En todas las culturas hay famosos a los que la gente quiere imitar, pero no existe una nariz universal, porque lo que gusta en Europa es diferente a lo que gusta en Oriente Medio. A la gente le impacta su cultura, su propio concepto de belleza en función de su región.