La tortura y extorsión a la que el pasado fin de semana fue sometido un traficante de Tremañes recuerda a un truculento suceso vivido en 2003 en la parroquia de Jove, en una casa desocupada. Fue allí donde la Policía desarticuló una banda de cuatro delincuentes vinculados al mundo de la droga que se dedicaban a extorsionar y chantajear a otros traficantes. Los cuatro detenidos entonces se aprovechaban de que sus víctimas rara vez acudían a la Policía para denunciar, dado que todos estaban metidos en asuntos turbios.

En aquel caso los extorsionadores llegaron a secuestrar a una mujer de 35 años que estaba casada con un narco gijonés. Cobraron un rescate de 18.000 euros y varios kilos de droga. A la víctima la habían abordado en la calle Ana María. Se hicieron pasar por policías y le indicaron que debía acompañarlos. La mujer fue puesta en libertad después de tres días de cautiverio y numerosas vejaciones. Su marido entregó dos kilos de heroína, 400 gramos de cocaína, seis kilos de sustancia adulterante y dinero.