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NICOLÁS MENÉNDEZ | Periodista económico y autor del libro "Bankia confidencial"

"Rato creía que negociaba con amigos y le forzaron a dimitir"

"Si Blesa hubiera hablado de burbuja inmobiliaria en 2006, le habrían acusado de antipatriota"

Nicolás Menéndez posa junto a su libro sobre Bankia. DAVID MOURIZ

Nicolás Menéndez (Gijón, 1981) es periodista de Economía y Finanzas en un periódico digital y desde el primer día ha investigado el mayor escándalo bancario en España de los últimos años. Ahora publica el libro como recopilatorio de sus investigaciones bajo el título "Bankia confidencial. Crónica secreta del auge y caída de Bankia".

-¿Era inviable dejarlo caer?

-Estados Unidos hizo la prueba de ver qué pasaba si dejaba caer Leman Brothers y hemos sufrido el mayor caos bursátil y financiero desde la crisis del 29. Imagínese Bankia que era de los que tenía un mayor número de oficinas y de los de mayor implantación en España. Se hubiera llevado por delante no solamente el sistema financiero español sino parte del europeo. No había opción de no rescatarlo.

-Abogados civilistas apuntan a que la información a los clientes era inveraz o fraudulenta. ¿Está de acuerdo?

-A posteriori es fácil saber que las cuentas no estaban bien hechas. El propio folleto decía que era posible que Bankia acabara nacionalizado. Comprendo el cabreo e indignación pero es este es un libro pensado para el ciudadano en general y que pueda tener una idea objetiva, analítica y sosegada de lo que ocurrió.

-La situación de Bankia no era boyante pero su salida a bolsa llegó con una campaña de oferta pública de venta a lo grande en los medios y bajo el lema de "Todos podemos ser banqueros". ¿Por qué?

-Una entidad que va perfecta no sale a bolsa. Había que mandar una señal al mercado de que Bankia tenía capital para resistir una crisis. Como era la entidad más débil en esos momentos, tanto el mercado, como el Gobierno y el Banco de España optaron por remar todos a una y dar una imagen positiva de Bankia.

-¿Estafa a gran escala?

-Fue más un ejercicio de voluntarismo, de optimismo. Quizás no todo lo crítico que debiera haber sido. No creo que al emitir esas acciones pensaran que no valían nada. Fue una campaña muy agresiva en que a la red comercial se le apretó las tuercas de forma tremenda para que comercializaran y vendieran acciones a todo aquel que pasara por la oficina. O sin pasar por ahí.

-La buena fe no debería eximirles de responsabilidad.

-Está claro. Si me tengo que mojar diría que no fue delito pero sí que hubo imprudencias de quien gestionó esa salida a bolsa.

-El 2 de mayo de 2012 Rodrigo Rato habló de robustez, solvencia y liquidez. El día 9 se nacionalizó. ¿Jugó al despiste?

-Rato creía que negociaba con amigos. El Banco de España le había aprobado unos días antes su plan de recapitalización por lo que daba por hecho que tiraría hacia adelante. Sacó pecho y lo dijo. Lo que no se esperaba, o quizás sí, era dimitir a los seis días por forzarle el ministro Luis de Guindos a aceptar un plan que ya no era el que podía llevar a cabo.

-Entonces fue una decisión política y no económica.

-Fue una decisión política desde el Ministerio de Economía que sirviera como golpe encima de la mesa y que los mercados se dejaran de fijar en la solvencia de España y se empezaran a fijar en la de Bankia y a partir de ahí mandar una imagen positiva y de regeneración de la banca española.

-Por lo que dice Rodrigo Rato parece una cabeza de turco más que el brazo ejecutor.

-Ambas cosas. Fue presidente ejecutivo de Caja Madrid, BCA y Bankia y, antes, director gerente del FMI, Ministro de Economía y Vicepresidente del Gobierno. Eso conlleva responsabilidades que no se pueden obviar. Pero él no generó los problemas estructurales. Las causas son muchas y llamativas pero están por resolverse y creo en la presunción de inocencia.

-Es difícil que la presunción de inocencia garantice su honorabilidad si cada día salen a la luz nuevas irregularidades.

El problema está en que la Justicia, si es lenta deja de ser Justicia. Una instrucción larga no beneficia si eres inocente. Nunca pensé que una persona que había llegado tan alto haya quedado tan degradada. Es asombroso.

-Dice en su libro que es bueno conocer la historia de la economía y su evolución para este tema. ¿No encontraron los precedentes en la familia Rato?

-El prestigio de Rodrigo Rato en 2010 era máximo. Igual que otra mucha gente tiene el pasado que tiene y no se le supone un condicionante para su presente. La familia Rato tenía abolengo.

-En el Banco de Siero trasladaban dinero a Suiza, fue intervenido y su padre, hermano y tío acabaron condenados a prisión. La historia, como la economía, parece cíclica.

-Gente de su entorno me dice que lo ven como algo esperable e inevitable que acabe entrando en prisión, en presión provisional y preventiva a la espera de que el juicio dictamine.

-¿Y Miguel Blesa?

-Estuvo durante 13 años dirigiendo y presidiendo con plenos poderes ejecutivos. Caja Madrid era la entidad de Miguel Blesa, en la época de su mayor crecimiento e implantación en España. Pero había debilidades estructurales muy grandes que quizás Blesa no era consciente.

-Si no era consciente él, imagínese el ciudadano de a pie...

-Participó con mucho entusiasmo en una fiesta en la que estaban todos. Había una burbuja en el sector inmobiliario pero el propio supervisor no tuvo la valentía de hacer nada. Ni el Gobierno de Aznar, ni el de Zapatero la tuvieron. No es una excusa que absuelva la responsabilidad de Blesa pero si en 2006 dice que se baja del carro y advierte de la burbuja o de una posible crisis hubiera parecido un loco, le hubiesen acusado de incendiario e incluso de antipatriota.

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