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"Cuentan que antes se hacían muchas reparaciones para las bicicletas de reparto. En los años en que España pasaba una posguerra casi nadie tenía coche. Ahora estamos volviendo al pasado", cuenta el responsable de "Ciclos Pin". Fernández trabaja ayudado por su madre y su tío. "Nosotros tenemos un cliente tipo que lleva viniendo toda la vida y se fía de nosotros", enfatiza el empresario. En su negocio hay bicicletas que pueden llegar a costar hasta 4.000 euros.
Pero, ¿cómo ve el futuro este sector? Algunos apuntan a que el "boom" no va a parar aquí. "La moda nos llega de los países del norte de Europa, en los que se usa mucho la bici para desplazarse por ciudad y en los que hay peor tiempo que aquí, por lo que suponemos que todo irá a más. Aumentará el negocio, al menos eso dicen los estudios que nos hacen llegar", argumenta José Pico. Para estos emprendedores los grandes centros comerciales son sólo una competencia relativa. Las grandes tiendas de deporte, argumentan, venden las bicicletas pero eso es "una compra de una sola vez". "Después los clientes pasan de ir hasta los grandes centros para hacer pequeñas reparaciones, y eso repercute en todos nosotros. Yo arreglo muchas bicis que vienen de cadenas nacionales, pero a mí me da igual mientras me dé trabajo", cuentan el responsable de Biciastur.
Hace once años el Ayuntamiento puso en marcha el servicio de alquiler Gijón Bici. Desde entonces han aumentado las estaciones en las que los ciudadanos pueden recoger de forma gratuita bicicletas. Éste fue el primer paso para construir una ciudad con una movilidad más sostenible. A lo largo de los últimos años han ido aumentando los carriles para ciclistas. A día de hoy, con las últimas inversiones realizadas por el gobierno local, la ciudad cuenta con más de cinco kilómetros de este tipo de vías.
