Para un día gris, colores y fantasía por un tubo. Amaneció el cielo encapotado en la ciudad, pero la magia que dejaron los Reyes Magos a su paso por Gijón se hizo notar ayer aunque fuera a techo para protegerse de las inclemencias del tiempo.

Así lo celebraron en la parroquia de Somió, última de las paradas del cortejo real, en la mañana de ayer y tras haber pasado la noche entera repartiendo juguetes. Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron un último hueco en sus agendas reales antes de retirarse a las tierras del Oriente para descansar del ajetreo de los últimos días, y reservaron unos minutos para visitar a los niños de la parroquia. Los pequeños de la catequesis recibieron la visita de los Magos para celebrar en el templo parroquial un animado festival infantil, en el que los pequeños dieron las gracias a Sus Majestades con villancicos y aplausos. Acto seguido, el cortejo se dirigió a visitar los geriátricos de la parroquia, para que todos los vecinos tuvieran su pequeña porción de ilusión.

Los festejos navideños en la parroquia se prolongan hasta esta misma tarde, toda vez que a partir de las 17.30 horas tendrá lugar la entrega de los premios del XIV Certamen Literario Juvenil "Somió 2015". Los participantes cerrarán estos días de celebraciones con la lectura de los trabajos ganadores y una gran merienda.

También con dulces y regalos celebraron ayer los niños de Granda la llegada de los Reyes Magos. Además, con un doble motivo, porque al estreno de los regalos que les dejaron Melchor, Gaspar y Baltasar se sumó la gran fiesta para premiar el esfuerzo de la veintena de pequeños que cantaron el aguinaldo el día de Nochebuena por los barrios de la parroquia.

Entre los regalos de la noche más mágica del año arrasaron los clásicos: la Patrulla Canina y Frozen en dura competencia con Sam el bombero y los clásicos coches en todas las versiones imaginables. "A mí los Reyes me han traído un disfraz de Marshall, una pistola, una pala, un gallinero con gallinas y un establo para los caballos", relataba Martín Fermández, de cinco años y embutido en su disfraz de perro bombero. Los hermanos Leo y Lola Sánchez, de tres años y 18 meses, presumían de sus regalos: un coche de Sam el Bombero y una mochila de Peppa Pig, mientras que a Luis Vallina le faltaban dedos en la mano para enumerar todo lo que Sus Majestades habían dejado en su casa: "El centro de mando de la Patrulla Canina, Zuma, la lancha, coches, cosas de Lego y la moto de Márquez", mientras que a su primo Hugo Cuesta, de nueve años, lo agasajaron con la estación de bomberos y la comisaría de policía de Lego.

Ana Ordás, de 9 años, estaba tan nerviosa que ni se acordaba de todo lo que le habían traído. "Muchas cosas, de Frozen algunas", asentía. Todos juntos recibieron además nuevos detalles adquiridos con el dinero conseguido en el aguinaldo. Una chocolatada y música en vivo sirvieron para cerrar la Navidad en la parroquia por todo lo alto.

La Red de Solidaridad Popular la despedirá esta tarde con una fiesta en los locales de la calle Puerto Cerredo con cuentacuentos, merienda, juegos, sorteo de juguetes y teatro, con entrada libre. Para seguir en buena onda.