"La situación de la diálisis está muy compleja en todas las áreas sanitarias de Asturias, pero sobre todo en la zona central y las Cuencas. Necesitamos una nueva planificación porque si se deja como está vamos a llegar a una situación límite y peligrosa".
Rogelio García, presidente en Asturias de la Asociación Alcer, que aglutina a los enfermos renales, no tiene duda de que el hecho de que la unidad de hemodiálisis del hospital de Cruz Roja de Gijón esté en niveles de saturación desde hace meses, lejos de ser un problema puntual es un mal general de la región que obliga a las autoridades sanitarias al análisis. Porque puede complicarse. "Pese a ser una región con una red de unidades de hemodiálisis importante, porque hay ocho en toda la región, lo que nos sitúa a la cabeza de la atención en España, lo cierto es que la lista de enfermos renales sigue creciendo y hay que prever cómo se les va a dar atención adecuada. Llevamos un tiempo insistiendo en ello y más que insistiremos. Desde luego, tener turnos de madrugada no es lo más recomendable", explicó Rogelio García.
Se refería así a la situación que ha trascendido del hospital de la Cruz Roja de Gijón, donde las necesidades de atención a 80 pacientes han derivado en que se hayan tenido que implantar cuatro turnos de diálisis, siendo el último el que comienza a las once de la noche y acaba a las cinco de la madrugada. Un turno penoso para los enfermos -sólo unos pocos, con una vida más activa o por conciliación laboral, prefieren ese horario-, también para el personal, y que además supone un coste añadido para el sistema por el hecho de la nocturnidad.
Según los datos de Alcer, el 10% de la población tiene problemas renales y su atención supone el 3% del presupuesto de sanidad. "Se cree que somos cuatro gatos con enfermedades renales, y no es así en absoluto. Somos una masa importante de enfermos crónicos y por alguna razón que habrá que analizar vamos a mas", indicó Rogelio García.
Para el presidente de Alcer, la ampliación de la unidad del Hospital de Cabueñes hace unos años y la creación de la Unidad de diálisis de Mieres -que ya atiende a 32 pacientes- hacía pensar que la atención a los pacientes renales podía estar controlada durante unos años. Pero no ha sido así. "Quién lo iba a decir. Ahora mismo ya hay unos 11 pacientes desplazados de Valle del Nalón a Oviedo; Gijón está casi al máximo y el resto de unidades también, menos las de oriente y occidente. No sabemos qué pasa, pero tenemos la evidencia de que se incorporan más enfermos al sistema de los que salen gracias a algún trasplante. Y eso que el pasado año fueron cifras de trasplante históricas. Ante todo eso toca pensar en algo, pronto", sostiene Rogelio García.
Precisamente por la preocupación de lo que está pasando con la hemodiálisis en la región el próximo 27 de enero los portavoces de Alcer van a mantener una reunión de trabajo con la directora de Planificación Sanitaria del Sespa, María Concepción Saavedra. Para García, una de las alternativas está en aumentar la promoción de la diálisis peritoneal, que permite al paciente hacer la depuración en su casa, sin saturar los servicios sanitarios. "Sabemos es algo que no vale para todo el mundo pero hay que incrementar esa alternativa", comentan desde Alcer. En otros hospitales de Asturias, como el de Jove, también se ha manifestado la disposición a tener unidad de hemodiálisis.
