El empresario de origen paquistaní acusado de explotar a cinco compatriotas y a un hombre de nacionalidad peruana a los que obligaba a trabajar en un kebab situado en El Llano durante 16 horas diarias sin descansos ni vacaciones a cambio de un sueldo de 200 euros al mes aceptó ayer una condena de once meses de cárcel. El reo reconoció los hechos y su abogado llegó a un acuerdo con la fiscal encargada del caso, que en un primer momento pedía para el acusado una condena de tres años de privación de libertad.

El hombre ahora condenado trabaja actualmente como camarero en un bar de Vitoria. La explotación laboral a la que sometía a sus víctimas fue descubierta por la Policía Nacional y funcionarios de Inspección de Trabajo en abril del año 2014.