La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CARLOS SÁNCHEZ | Concejal de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento de Madrid

"La caverna del PSOE ha salido ahora de su tumba para mantener el antiguo régimen"

"Lo que entre todos sostenemos de todos debe ser; si la banca quiere ser privada, que renuncie a la intervención pública"

Carlos Sánchez Mato, ayer, en el Antiguo Instituto. MARCOS LEÓN

Milita desde 2013 en Izquierda Unida pero pasó a formar parte de Ahora Madrid y se encuentra a las órdenes de Manuela Carmena como concejal de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento de Madrid. Carlos Sánchez Mato participó ayer en Gijón en las jornadas "Cláusulas sociales en la contratación pública".

-¿Qué tal por provincias?

-A los sitios siempre se viene a aprender, a hacer un camino juntos porque esto es un trabajo colectivo. Pero asumimos que la capital tiene un efecto amplificador en todo lo que hace y hay que ponerlo al servicio de otros ayuntamientos.

-¿Por qué son tan importantes las cláusulas?

-Queremos que se incluyan elementos como el respeto a los derechos laborales, la igualdad entre mujeres y hombres, la inclusión social de personas con situación de diversidad funcional y cláusulas ambientales. Si no lo hacemos desde lo público mal vamos. El precio no puede ser el elemento clave al prestar un servicio.

-¿Cómo van a rebajar la deuda de su Ayuntamiento?

-En el segundo semestre del año rebajamos 871 millones. Declaramos la guerra a la deuda y nuestra política será de endeudamiento cero. Ni hemos contraído un préstamo ni lo vamos a hacer. Cubriremos las necesidades de los madrileños con los recursos propios del Ayuntamiento: con impuestos y con tasas.

-Es defensor de crear una banca pública. ¿Por qué?

-La banca sólo puede ser pública en la situación actual. En la mayoría del sistema bancario occidental se habla de la banca privada como si existiera. Ninguna entidad podría ahora mismo subsistir sin el apoyo público que se le presta. Si se elima tendría grandes problemas.

-Dinamitaría la competencia.

-Claro, pero esa competencia brilla por su ausencia. Hay una intervención a favor de los accionistas de las entidades bancarias en detrimento de los ciudadanos de los países que financian los rescates bancarios. Eso es una política lesiva para los intereses generales. Lo que entre todos sostenemos, de todos debe ser. Si quiere ser privado renuncie a la intervención pública.

-Ahora Madrid aglutina varias fuerzas pero parece que sólo es Podemos. ¿Cuál es la identidad?

-Las identificaciones son interesadas. En Ahora Madrid hay gente de Podemos, de Equo de IU o sin filiación política. La convivencia conlleva conflictos pero tenemos una visión de qué queremos que sea Madrid. Hay diferencias puntuales que enriquecen el proyecto.

-¿Avala eso la tesis de una refundación de IU?

-La heterogeneidad no debe ser a costa de la supresión de identidades propias, se puede trabajar de manera conjunta. IU debe adecuar su situación orgánica al momento actual porque hay unos retos enormes y tenemos un papel fundamental.

-¿Aun a riesgo de convertirse en un Frente Popular con las connotaciones negativas que puede conllevar?

-El término Frente Popular es maravilloso. Es un planteamiento de transformación de elementos que pretenden ver que la sociedad puede y deber ser de otra manera. Los que ven amenazas, las ven a la corrupción, al clientelismo.

-En Madrid tienen la alcaldía gracias al PSOE. ¿Es posible ese pacto a gran escala?

-Perfectamente posible pero no es lo mismo enfrentarse a una alianza con el PSOE como primera fuerza de izquierda que como segunda. Las experiencias de la Unidad Popular fueron precursoras de lo que debiera haber sido a nivel estatal y no fue. Si hubiéramos ido juntos el efecto multiplicador sería más amplio que sumar las fuerzas políticas a la izquierda del PSOE y el escenario de negociación sería mejor. El escenario es el que es y es mejor una colaboración para una alternativa de gobierno de izquierdas que cuatro años más de lo mismo. En todo caso no será una legislatura larga y espero que los errores que la izquierda ha cometido en el pasado no se repitan.

-¿Y el PSOE?

-Las fuerzas a la izquierda del PSOE tenemos obligación de producir un efecto superador. El PSOE tiene dos almas diferenciadas. Su caverna ha salido ahora de la tumba para recordar que hay que consolidar lo peor del antiguo régimen. Pero para las bases del PSOE es distinto y, tras la catarsis que va a sufrir, habrá mucho que hablar con ellos. De requerir acuerdos posteriores a las elecciones, espero que sea con un PSOE que haya hecho su parte de deberes.

-¿Qué valoración hace de los cuatro grandes líderes?

-No hablo de cuatro, incluyo a Alberto Garzón porque tenemos un millón de votos sin contar los que van integrados en otras formaciones en Galicia o en Cataluña. Hay líderes del pasado que no tienen espacio, algunos liderazgos son de sólo uno y los planteamientos de alternativa y transformación están muy a la izquierda de Pedro Sánchez. Pero tenemos gente como Alberto Garzón y Pablo Iglesias que pueden ser futuro para este país.

-Habla de antiguo régimen, o del régimen del 78. ¿Qué diría Santiago Carrillo?

-Soy muy crítico con Santiago Carrillo pero es otro tema. Entiendo que en un momento dado tuvieran que hacerse cosas pero no que haya que aplaudirlo. La Transición fue algo complicado y respeto determinadas decisiones pero hubo renuncias a cambio de nada. ¿Por qué no vamos a criticarlas ahora? No es revisionismo. Lo que se cediera pensamos que es revisable. Queremos un nuevo país y eso requiere un nuevo marco constitucional y no pensar que hay elementos intocables. Con respeto por los que en su momento pelearon en condiciones complicadas pero también con crítica.

-Al menos concederá el tanto de que ese sistema les ha permitido llegar a las instituciones, ¿no?

-No debemos rendir pleitesía a un derecho. Hasta ahí podíamos llegar. Soy deudor de mi familia, clase trabajadora, que las condiciones del pacto social me permitieron estudiar en centros públicos de enseñanza y tuve una capacidad que no tuvieron mis predecesores familiares. Nos sentimos orgullosos de eso pero hay que tener en cuenta que no fue una gracia, sino fruto de la lucha de mucha gente. Pero entiendo que siempre se pudo llegar más allá.

-¿En política debería haber límite de edad?

-No es un tema de edad. Hay gente como Julio Anguita o como lo fue Marcelino Camacho, hasta su muerte, que demostró una capacidad intelectual enorme. Hay muchos viejos jóvenes y muchos jóvenes viejos donde incluyo a los nuevos que suponen un lavado de cara del PP y Ciudadanos.

-Hace unos meses se propuso cambiar el nombre de una calle aquí en Gijón y se formó la revolución francesa. Ustedes que han cambiado treinta en Madrid...

-Me parecen pocas. Lo hacemos en cumplimiento de la ley de memoria histórica porque hay figuras que no pueden tener un reconocimiento. No solo cambiamos calles, es un punto muy concreto de toda la política que hacemos pero es imprescindible. Calles al general Fanjul, golpista, o Millán Astray.

-Cuidado, que a ustedes también les pueden decir "Venceréis pero no convenceréis".

-El PP no ha derogado la ley de memoria histórica porque es algo que tiene todo el sentido. Si nos piden que no cumplamos con la ley que lo digan de forma abierta.

-¿Qué le han traído los Reyes Magos?

-(Risas) Mucho trabajo e ilusión por cambiar cosas y una inyección de optimismo para afrontar los futuros retos, que son muchos. Ellos son los únicos reyes en los que creo.

Compartir el artículo

stats