"Demostraba el cariño en todos sus actos, no con palabras. Era un poco gruñón pero estaba pendiente de todo el mundo". Ésta es la semblanza con la que recordó ayer a Pepu Noval Rodríguez su hermana "Suni". Junto a ella entró a trabajar en el "Islandia" en la década de los años ochenta. "Entrañable, fiel a la heladería y mirando siempre por los amigos", relatan los allegados de uno de los más singulares hosteleros de Gijón que el jueves falleció a los 64 años, al pie del cañón, dentro de la heladería.

Todos coinciden en que a Pepu le gustaba salir a comer y recorrer la ruta de los vinos en sesión matinal y vespertina, especialmente en los dos locales que en el barrio de El Carmen regenta su sobrino Iván Acevedo Noval. "Le encantaba preparar 'saraos'. Siempre organizaba un encuentro el último fin de semana de octubre", explican sus amigos. "Así todos los casados podéis disfrutar de una hora más de asueto sin la mujer", explicaron ayer en el tanatorio, parafraseando a Pepu, al tratarse del día en que se retrasa una hora el reloj. "Hoy nos reúne a todos por última vez", coincidían.

Famoso por creaciones heladas inverosímiles a base de sidra, fabada, marañuelas, oricios o queso cabrales, tan sólo le quedó la espina de crear el helado de viagra. Obtuvo el permiso de la farmacéutica que los expide pero no de Sanidad. "No quiso grandeza, solo hacer algo bueno para los demás", recalcan sus allegados de un hombre que a lo largo de su vida inventó más de 60 sabores helados distintos. Calimocho incluido.

El fútbol era su otra pasión, especialmente el equipo de sus amores, el Real Sporting, al que se aficionó desde niño. No hay constancia entre los suyos de que se perdiera un sólo partido desde los doce años. Pero no fue un seguidor a ciegas, era "criticón como el que más". Tal era su sentimiento rojiblanco que incluso dedicó un helado pensando en el futbolista Rashidi Yekini, en un principio con sabor a calamares. "Como era de color negro al final lo hicimos de calamares en tinta", reconocía el propio Pepu en una de sus últimas entrevistas en LA NUEVA ESPAÑA. También fue miembro de la peña "El Fisio", en honor a José Manuel Loza, otrora fisioterapeuta del Sporting. Además, sus dotes al mus, al tute y a la brisca, el único donde le gustaba ser un poco "tramposu" se recordaron entre risas durante el velatorio.

El tanatorio de Cabueñes acoge, hoy a las 13:00 horas la despedida de Pepu, un hostelero cuyo fallecimiento ha dejado helados a cientos de gijoneses.