La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JULIO LUIS MARTÍNEZ MARTÍNEZ (SJ) | Rector de la Universidad Pontificia de Comillas

"El Papa está comprometido en una cultura del encuentro también con los musulmanes "

"La crisis de los refugiados se da a la vez que el yihadismo; por eso crea una pasarela muy perversa que hace el camino fácil a la xenofobia"

Julio Martínez, anoche, en el colegio de la Inmaculada Concepción. LAM

El jesuita Julio Luis Martínez Martínez (Vigo, 1964) no llegó ayer a tiempo a Gijón, a causa del retraso del tren en el que viajó desde Madrid, para pronunciar la conferencia que tenía prevista: "La crisis de los refugiados y el 'alma' de Europa", en el colegio de la Inmaculada Concepción. Licenciado en Teología y en Filosofía, desde hace cuatro años es el rector de la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), donde es también profesor de Teología Moral y de Filosofía Política. A pesar del retraso ferroviario, pudo contestar a las preguntas de la siguiente entrevista.

-¿A qué se refiere con el "alma" de Europa?

-Es una expresión utilizada por uno de los padres de la Comunidad Económica Europea, el político católico francés Robert Schuman. Me viene esta idea precisamente por lo que está pasando con los refugiados. Nos habla, en gran medida, de una falta de alma como una entraña moral y espiritual para poder reaccionar de una manera adecuada a lo que nos está sucediendo. Ortega escribió en 1930 que Europa se quedaba sin moral y hablaba de que Europa recogía las penosas consecuencias de su conducta espiritual, que se había embalado por una pendiente de cultura magnífica, pero sin raíces, y creo que algo de eso nos está pasando. Es verdad que el problema es muy difícil y no vamos a negar que responder adecuadamente no es sencillo, pero también que la falta de política y de un poco de capacidad de hacer algo por los demás en situaciones tan penosas también clama al cielo.

-La crisis económica que padecen los europeos tampoco ayuda...

-Claro, no se puede negar que influye, pero tampoco quiere decir que no tengamos recursos, que ponemos en marcha cuando nos ocurre algo internamente. Ahora hay millones de personas que están necesitando una ayuda urgente, pero el asunto de fondo es que son musulmanes la mayoría.

-¿En qué sentido?

-La crisis de los refugiados se da a la vez que el yihadismo, que es el terrorismo islámico que golpea a Europa. Por eso se crea una pasarela muy perversa que está haciendo mucho más difícil las cosas y mucho más fácil el camino a la xenofobia y a reacciones muy viscerales, que, no obstante, no ocurre en España.

-En Francia, el aumento de la ultraderecha es muy evidente...

-Francia es el caso que desde hace años lleva preocupando a Europa por toda la fuerza de la ultraderecha, aunque, de momento, lo han podido neutralizar, pero es verdad que ahí hay una fuerza de votos imponente. Hay que recordar que la señora Merkel empezó a tomar cartas en el asunto el verano pasado, a los dos años de la tragedia de Lampedusa, cuando el Papa Francisco dijo que lo sucedido era una vergüenza para Europa. Pero el caso es que en agosto de 2015 Merkel se lo empieza a tomar en serio, pero también estamos viendo la dificultad que tiene en su país para hacer política sobre este asunto.

-¿La postura de la Iglesia católica cambió con la llegada del Papa Francisco, un jesuita?

-No ha cambiado, pero lo que tiene el Papa es una gran capacidad de propuestas y de crear opinión. La propuesta católica siempre ha estado muy a favor de acoger, de ayudar, de buscar modos de integración y, por supuesto, también a los musulmanes.

-¿Desde la Iglesia Católica se ve al Islam en Europa como una "competencia" religiosa?

-No. Lo que tenemos que hacer cada uno es ser fieles a nuestras propias creencias y luego tratar de que las religiones saquen lo mejor de sí mismas para crear convivencia social. Creo que no lo vemos, desde luego, como competencia. El problema mayor con los musulmanes es que hay una gran sospecha de que no quieren integrarse en una sociedad plural de libertades individuales.

-¿Es así?

-Muchos claro que quieren integrarse para vivir en Europa y aceptar todo lo que Europa ofrece en el sentido de las libertades, pero luego hay toda una corriente del Islam que a los primeros que quiere atacar es a los musulmanes para que no quieran vivir en una sociedad libre. No olvidemos que el yihadismo no ataca solo a los europeos no musulmanes, empieza por asustar a los musulmanes. El gran compromiso de los cristianos, con el que el Papa está comprometido hasta el tuétano, es crear cauces de diálogo, de integración, para que podamos hacer una cultura del encuentro también con los musulmanes. En eso tenemos que estar, pero es difícil, hay gente que te dice que eso sería muy bonito pero es imposible, pero tenemos que conseguirlo, de otra manera el mundo no tendrá futuro. Con la globalización ya no hay fronteras, la gente cruza los mares y las montañas y es imparable.

-Cambiemos de tercio. ¿Por qué no hay ninguna universidad española entre las cien mejores del mundo?

-Sobre todo por el asunto de la investigación. Pero en España, sobre todo cuando medimos partes de algunas universidades, facultades o títulos, en algunas cosas estamos muy bien; cuando medimos en conjunto y comparamos una universidad entera es cuando no salimos.

-¿Los alumnos llegan peor preparados de la ESO y del Bachillerato?

-Hay que distinguir. Llegan mucho mejor preparados en lenguas extranjeras, la mayor parte de nuestros alumnos manejan el inglés y alguna lengua más con un nivel impresionante. Llegan muy preparados en tecnologías, en experiencia de vida y de haber viajado, pero en otras cosas, por la propia sociedad digital en la que vivimos, vienen peor preparados, por ejemplo en la capacidad de expresarse... Pero no es un problema de preparación, en el fondo es un problema de darle a la gente toda esa profundidad de valores, de formación humana, de lo que llamaba Ortega la cultura. Ortega ponía tres grandes funciones de las universidades: formar profesionales, investigadores para la investigación y formar culturalmente a los estudiantes. Esto tiene que ver con lo que decía Schuman. Las universidades tienen que hacer por el "alma" de Europa a base de trabajar en serio los aspectos culturales, no solo a ir a un concierto o al cine, en el sentido de que hacen que la vida realmente merezca la pena.

Compartir el artículo

stats