Llegará un día no muy lejano en que un dron pueda encontrar a una persona perdida, llevar la compra, mover grandes piezas para construir puentes, proporcionar señal de Internet a pueblos remotos e incluso vigilar el tráfico, sancionar a los coches mal aparcados y conectarse con otro dron-grúa que se los lleve al depósito. "No hay techo para la programación de los drones, para hacer que lleven a cabo tareas de manera autónoma y no sólo como simples órdenes". Así lo afirma el ingeniero informático Guillermo Álvarez Martínez, que esta tarde imparte una charla en la Escuela Politécnica de Ingeniería titulada "Aplicaciones informática relacionadas con drones", a las 18.00 horas en el Aula Magna.

Álvarez forma parte del proyecto "eWa", dentro del que se encarga de la programación de los aparatos. En su intervención ofrecerá una demostración en la que los drones ejecutarán algunos movimientos autónomos, prueba de que "casi ninguna tarea que se nos ocurra es hoy en día imposible de ejecutar por un dron, por futurista que parezca".

El problema en la actualidad, critica el ingeniero, es el que atañe a la regulación legal del uso de drones, dado que se pide a quienes los manejan que demuestren que están capacitados para ello. Y puesto que "está prohibido el vuelo en los espacios públicos, salvo que se obtenga un permiso especial para ello".

En cuanto la normativa se desarrolle, los drones serán capaces, de manera autónoma, de ejecutar tareas como "dar un paseo por la playa para ver cuánta gente hay o qué bandera ondea por sugerencia de los usuarios".

Para ello será necesario disponer los espacios de vuelo de estos aparatos, de manera que no entren en colisión con otros aparatos voladores. Una cuestión que, según señala Guillermo Álvarez, "no cortará el desarrollo de la programación de drones". Un campo "tan amplio como se quiera" en el que "debería haber más colaboración entre profesionales".