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Los bañistas, escépticos sobre la recuperación de San Lorenzo

Paseantes habituales y conocedores de la bahía aseguran que la marea ha dejado al descubierto gran cantidad de rocas

Aspecto que presentaba ayer la playa de San Lorenzo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Los usuarios habituales de San Lorenzo se mostraron ayer escépticos ante el optimismo mostrado por los geólogos de la Universidad de Oviedo que informaron el viernes, a los integrantes del Observatorio de la Playa de San Lorenzo, el estado de normalidad con el que el arenal encara el verano, habiendo recuperado -así lo indicaron los expertos- el nivel de arena previo a los temporales del año 2013. Una certeza que los gijoneses suscriben o cuestionan, según sus intereses. Así, hay quienes admiten que hay más espacio para bañistas en la zona más próxima al río Piles, pero se quejan de que en otros lugares fundamentales del arenal como La Escalerona aún se siguen viendo piedras que salieron a la luz hace años con la bajada del nivel de arena y que impiden disfrutar de la playa como antaño.

"Es verdad que ya no se aprecia tanta roca como antes, poco a poco se va recuperando la cosa pero las mareas siguen siendo fuertes. A principios de año se veían hasta los restos del balneario, ahora sigue habiendo obstáculos para pasear pero muchos menos", relató Joaquín Castañón, un gijonés acostumbrado a pasear "prácticamente a diario" por El Muro. Para este observador "a San Lorenzo aún le quedará que le aporten un 30 por ciento más de arena para recuperarse del todo".

Tampoco estaban de acuerdo ayer con los expertos geólogos dos amigas muy acostumbradas a recorrerse la bahía: Maite Bolayos y Mireya Hernández. "Podríamos admitir que está un poco mejor de lo que estaba, pero cuando paseas por aquí te das cuenta de que esto no es lo mismo que hace años, sobre todo desde la caseta de Salvamento hasta La Escalerona, ahí casi no tenemos playa", afirmó Bolaños mientras señalaba con la mano la ausencia de hueco para bañistas en esa zona del arenal. Ayer a las dos de la tarde, en plena marea alta, el Cantábrico reducía la playa a una pequeña franja de arena situada entre las escaleras 12 y 15. Bajo estos accesos se acumulaban piedras e incluso se podía ver las bases de hormigón de las propias escaleras. "Lo que está claro es que tenemos que hacer algo, no podemos perder la playa", sentenció por su parte Mireya Hernández.

En lo que no se ponían de acuerdo los bañistas es en el eterno debate en torno a qué fue lo que pasó para que el mar invadiera por completo San Lorenzo. "Puede ser que fueran las mareas, que ahora vienen más vivas y puede ser también que sea buena idea aportar un poco más de arena pero de eso sabrán los expertos", reflexionó José María Arrieta. Para este gijonés "de toda la vida" la imagen de los bañistas sentados en La Escalerona es algo habitual desde hace años. "Cuando subía mucho la marea la gente ya se tenía que quedar arriba, eso es de siempre", desdramatizó el gijonés.

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