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El contexto histórico y el entorno social, condicionantes del analfabetismo emocional

La solución al problema se halla en "la familia y en la escuela", según los expertos

Ana Fernández y Pedro Luis Menéndez. MARCOS LEÓN

Ana Fernández Mera y Pedro Luis Menéndez protagonizaron el lunes una nueva sesión en el club LA NUEVA ESPAÑA con una potencia titulada "Comunicar emociones: ¿un reto sin resolver?" que partió bajo la premisa de que "las emociones no las podemos evitar" y sentó las bases para el quid fundamental, ¿cómo gestionarlas?

El contexto histórico y el entorno donde un individuo se desenvuelve delimitan la capacidad de maniobra del sujeto en claro riesgo de convertirse en analfabeto emocional. Un peligro que tratan de evitar tanto Ana Fernández como Pedro Luis Menéndez con sus instructivas charlas. "Las emociones brotan solas y nos enseñan desde pequeños a esconderlas porque socialmente no está bien visto", apunta Pedro Luis Menéndez. "Ni la alegría es siempre buena ni la tristeza es siempre mala, todo depende y se debe enseñar a gestionar esas emociones", asegura. Un problema, desde la cuna, que se acrecienta, incluso en un país occidental como España, dependiendo del sexo. "Aun hay emociones que un hombre no puede mostrar y una mujer sí y viceversa, con acusaciones que convierten a la mujer en poco femenina". Revertir esta situación es un de los objetivos que el lunes se marcaron ambos en el club de LA NUEVA ESPAÑA.

La solución se encuentra en dos escenarios. El primero y más importante está en la familia, en "enseñar desde pequeños las emociones". El siguiente paso es la escuela, "en todos los niveles".

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