Gijón contará este mes con doce nuevas plazas en la residencia pública de ancianos Aurora Álvarez de Montevil, en cuanto el Consejo de Gobierno dé luz verde a la creación de los puestos públicos de trabajo necesarios para ofrecer este servicio.

La consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela, así lo anunció ayer en el transcurso de una visita a la Residencia Mixta de Pumarín, que celebra su 30.º aniversario y que también será objeto de una intervención por parte del gobierno regional en el presente ejercicio. En este caso, tal y como avanzó la consejera, se actuará sobre la cubierta del edificio. Más adelante, además, está prevista una remodelación de las cocinas del establecimiento.

Con la puesta en marcha de las doce nuevas plazas se rebajará la lista de espera residencial en Gijón, que en la actualidad es de 362 personas. De esta forma, la ciudad contará en mayo con 1.367 plazas repartidas entre los distintos tipos de alojamientos que ofrece el organismo autónomo Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA): las tres residencias públicas La Mixta, Clara Ferrer y Aurora Álvarez, donde se da apoyo a 670 personas; 513 plazas concertadas en 12 residencias privadas y los apartamentos Sierra del Sueve y apartamentos Gijón, con otras 172 dirigidas a personas con más autonomía, enumeró la consejera. Pilar Varela ha señalado además que con estas nuevas plazas la red pública gijonesa funcionará a pleno rendimiento.

Varela asistió a los actos de celebración de aniversario de la Residencia Mixta, que giran en torno al Quijote y al Día del Libro. Además, se homenajeó a dos de los residentes más veteranos: Octavio Suárez, de 94 años, y Emilia Baragaña, de 96.

Octavio Suárez, el más pequeño de siete hermanos, nació en 1921 en Avilés. Trabajó como ganadero y transportista antes de entrar en la Cristalería Española, y así como en el almacén de Ensidesa. Tiene dos hijos y cuatro nietos.

Emilia Baragaña es natural de Turón, y trabajó como costurera y ama de casa. Madre de dos hijos, tiene varios nietos y biznietos, y ayer, como su compañero Octavio, no podía ocultar la emoción por el homenaje.