Un día internacional para reivindicarse. La Asociación de Enfermos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica del Principado de Asturias (Aenfipa), que cuenta con 460 socios de todo el Principado, celebró ayer su día reclamando una serie de medidas destinadas a mejorar de una vez por todas la calidad de vida de sus representados. "Pedimos que se reconozca la enfermedad, más investigación para lograr más diagnósticos, tratamientos y detecciones precoces, y la mejora de la atención sanitaria", señaló Alicia Suárez, presidenta de Aenfipa, en un acto que tuvo lugar en el parque lúdico de Talasoponiente.

Hasta allí se desplazaron con motivo de la firma de un convenio de colaboración entre Aenfipa y Talasoponiente, por el que los asociados de la primera entidad podrán acceder a las instalaciones del centro termal a precio reducido. "El agua proporciona ingravidez y una gran sensación de confort", explicó Luis López Albajara, coordinador y especialista en actividades acuáticas de Talasoponiente, y que impartirá los talleres semanales junto a Nerea Iraculis y Julia Castro.

Esos talleres tendrán una gran carga lúdica, pero también serán muy beneficiosos para el fortalecimiento del aparato motor, del que se aquejan los enfermos de fibromialgia y fatiga crónica. "Serán ejercicios muy sencillos y divertidos. Se trata de una enfermedad que afecta mucho en el plano psicológico. De ahí la necesidad de que la actividad no solo sea vista como una terapia, sino también como un juego", matizó López Albajara. Esos ejercicios consisten en la búsqueda del equilibrio dentro del agua. Ello permite trabajar la zona abdominal y las extremidades. También se llevarán a cabo actividades de relajación, cruciales para aliviar los dolores sufridos. Está previsto que Aenfipa empiece a ofertar esta actividad a todos sus asociados a lo largo de esta semana.

Por otro lado, Andrés López, delegado de Santa Gadea en la zona norte, leyó también una carta remitida por el doctor Ramón Sánchez Ocaña. "Definimos la fibromialgia como un dolor continuo sin causa aparente. Aproximadamente el 85% de los enfermos son mujeres y se deja notar a través del cansancio, del insomnio o de la incapacidad para concentrarse en leer y escribir. Los síntomas no desaparecen aunque se descanse", precisó.

Estos síntomas llegan a invalidar a las personas a la hora de poder ponerse a trabajar. "El número de socios aumenta a un ritmo de 10 personas a la semana en la última temporada. La desgracia que tenemos es que en esta asociación hay mucha gente que tuvo que dejar su puesto de trabajo por culpa de los dolores, perdiendo todos sus derechos porque les es imposible trabajar. Esa es nuestra mayor lucha", indicó Esperanza de la Torre, secretaria de Aenfipa, quien lamentó también que los centros de valoración no den bajas por discapacidad al no existir un baremo específico para la fibromialgia. "Se te da la discapacidad por depresión, ansiedad sostenida u otra cosa, pero no por fibromialgia", explicó.

Por todo ello, Alicia Suárez, presidenta de Aenfipa, insistió en la necesidad de adoptar una batería de "reivindicaciones prioritarias" que servirían para paliar los efectos de la enfermedad. Al reconocimiento de la dolencia, la petición de más investigación y la mejora de la atención sanitaria, Suárez añadió "la apertura de unidades multidisciplinares donde se pueda abordar de forma integral al paciente", así como la creación de un baremo de discapacidad capaz de evaluar a los enfermos de fibromialgia. Éste permitiría, según Suárez, "acceder al trabajo con mejoras mediante la adaptación de los puestos de trabajo o de nuevas fórmulas de inserción laboral".

A ello hay que añadir dos asuntos económicos. Por un lado, que los enfermos que no puedan trabajar reciban una "justa prestación social". Por el otro, que las asociaciones, "mientras seamos las entidades que abordan la rehabilitación del enfermo", reciban la ayuda económica necesaria para continuar con su actividad.