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Lograr mejores aceros con menos aditivos, el reto para la siderurgia

El Itma apuesta por controlar la temperatura y el conformado del metal durante su producción para reducir costes

Ser más competitivos vendiendo aceros especiales obtenidos con menores costes de producción. Ésa es la fórmula que Ricardo Álvarez da para el futuro de la siderurgia. Algo en lo que ya colaboró el Itma, apoyando a Arcelor para el desarrollo de carriles especiales, como los de cabeza endurecida, en su factoría de Gijón.

Un futuro que tiene que ver con el control de la temperatura y el conformado del acero durante el proceso de producción para obtener un producto final con mejores propiedades mecánicas. Algo que tradicionalmente se hacía mediante procedimientos químicos, con aditivos, a otros metales. Reducir el uso de aditivos, que son materias primas caras, es una de las claves de la competitividad.

El ingeniero del Itma señala que eso ya se aplica en la producción de chapa fina, como la que se hace en Avilés. El reto es poder hacerlo con chapas gruesas, producción que Arcelor hace en Gijón.

"La tendencia antigua era si necesitabas un material con altas propiedades mecánicas, que te permitiese hacer estructuras grandes o estructuras que trabajasen en unas condiciones muy severas, lo normal era incrementar el porcentaje de diferentes aleantes, como cromo o níquel. Ahora en todas las líneas de producción de acero en lo que se está trabajando es en el propio proceso productivo, reduciendo los aleantes y cambiando los ciclos térmicos y de conformado del acero", explica. Se trata de una técnica más avanzada en chapa fina, "porque es más fácil controlar esos procesos durante la fase productiva y hay que ver si podemos ir trasladando ese conocimiento hacia fabricaciones de chapa gruesa, pero eso será un proceso de años".

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