La arquitecta Begoña Viejo es la delegada regional de la Plataforma de Edificación Passivhaus y experta en la construcción de edificios con nulo consumo energético. El movimiento procede de Alemania y ya cuenta en toda España con unas 4.000 edificaciones certificadas. Ayer se celebraron en Gijón unas jornadas divulgativas con el objetivo de continuar difundiendo las bondades de unos estándares que, bien aplicados, reducen a casi cero el consumo de energía.
-¿Cuál es el objetivo de las jornadas?
-La jornada es fundamentalmente divulgativa, tras una primera acción hace unos tres años que fue el primer paso para entrar en Asturias en el estándar Passivhaus, que creemos que es el camino hacia los edificios de consumo casi nulo. Nuestra normativa va en este sentido, pero le falta una vuelta de tuerca, aunque el estándar refleja muy bien cómo se construye un edificio de estas características, que no implica sólo eficiencia energética. Es también confort.
-¿En qué se sustenta el estándar?
-En cinco puntos clave: aislamiento, estanqueidad para no tener filtraciones ni pérdidas de aire, unas ventanas buenas que forman parte de la envolvente y también contribuyen al aislamiento térmico, recuperación de calor con una máquina que mantiene siempre limpio el aire de la casa y extrae el calor del aire de dentro para dárselo al aire limpio de fuera y la eliminación de los puentes térmicos.
-¿Cuánto se reduce el consumo energético?
-Es muy bajo, casi nulo. Las casas certificadas como Passivhaus tienen unos límites de demanda de 10 kilovatios por metro cuadrado y hora, lo que para una casa de cien metros cuadrados serían unos 100 euros al año de calefacción.
-¿Es más caro construir una casa Passivhaus?
-Hasta ahora sí, lo que pasa es que el código técnico se ha puesto las pilas y ya estamos prácticamente parejos. Una casa que cumple los requisitos Passivhaus no necesita calefacción, y estamos en ese punto en que la gente se sorprende y de mano expresa un cierto rechazo a no tener calefacción. La gente aún no se lo cree mucho, pero basta ver los ejemplos. En Asturias tenemos tres casas certificadas, y otras tres en vías de ello.
-¿Notan un mayor interés del cliente por construirse una casa según estos estándares? ¿Hay desconocimiento?
-Hay desconocimiento en primer lugar por parte de los técnicos, que piensan que por venir de Alemania esta técnica es algo muy exigente. Y no lo es, porque los puntos que se deben cumplir en España son mucho más fáciles de alcanzar que en Alemania, tenemos un clima mucho más benévolo. Las casas Passivhaus se pueden visitar, en junio tenemos jornadas de puertas abiertas y los interesados podrán ver las de Llanes, en Villanueva de Pría, y una en Muros de Nalón que acaba de acreditarse. Invitamos a todo el mundo a que vea lo bien que se vive dentro de ellas. En Asturias tenemos un clima muy benévolo y es fácil cumplir con el estándar.
-¿Cómo se certifica que el edificio cumple los estándares?
-Se llevan a cabo unas mediciones y unas pruebas a los edificios para comprobar que realmente el ahorro es el que se indicó al principio de la edificación. Cada vez nos llegan más parejas que quieren hacerse sus viviendas con este estándar, no es complicado, y no sólo sirve para viviendas unifamiliares, también para edificios en altura y de grandes dimensiones. En Europa hay edificios de todo tipo, muchas oficinas que no tienen por qué ser cajas feas, hay edificios muy singulares.
-¿En qué punto está la normativa?
-Se va acercando al estándar. Le falta un poco en cuanto a la estanqueidad de los edificios y los puentes térmicos, se trata de hacer las cosas bien, como siempre, pero con un poco de cuidado.
