Los niños cada vez se conectan más a internet y las redes sociales mientras los padres viven en una creciente desconexión con respecto a sus vástagos. Dos ingredientes clave que llevan al presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, Venancio Martínez, a lanzar una seria advertencia: "Los niños no deberían tener móvil ni internet hasta los 14 años, porque es una fuente creciente de conflictos y de problemas de afectividad en el seno de las familias".

Martínez pronunció ayer una conferencia en la Casa Natal de Jovellanos invitado por el Partido Popular en la que enumeró una serie de problemas cada vez más frecuentes y las soluciones propuestas por los profesionales para atajarlos. Porque, como indicó el pediatra, en temas de educación "con cinco años parte del trabajo ya está hecho, lo importante ya está marcado". Y lo que no se ha hecho bien también comienza a manifestarse. Por eso es fundamental que los padres tengan "interés por hacerlo bien, paciencia y constancia; saber qué tipo de persona quiere uno que sea su hijo y llevarlo con perseverancia, atendiendo a las crisis normales del desarrollo del niño junto con los pediatras, que deben explorar continuamente hacia dónde va el niño y la relación con sus padres".

En este contexto, los profesionales han constatado una realidad brutal: "Los padres cada vez quieren menos a sus hijos", afirma rotundo Venancio Martínez, ante "el creciente número de casos de maltrato, abuso sexual y abandono que se da en el seno de las familias". Problemas no tan aislados como pudiera parecer, advierte el experto, y que tienen su origen en una actitud muy extendida entre los progenitores: "estamos viendo cada día una delegación negligente de los padres, cada vez más dejan la responsablidad en la educación de sus hijos en manos del colegio, el pediatra o los medios de comunicación". Ahí entra en juego precisamente la creciente conexión de niños de corta edad a internet sin control parental y a las redes sociales que los exponen a riesgos muy elevados. Y la recomendación es clara: "no deberán tener ni teléfono ni conexión a la Red hasta los 14 años".

Y a los padres no les deben doler prendas en poner restricciones. "Hay que evitar cosas de forma concreta y sin ningún complejo, marcando normas y límites", afirma Venancio Martínez. Y todo ello con carácter preventivo, cuanto antes mejor, porque "cada vez se registran más casos de violencia de los niños hacia sus padres a partir de los siete años, y un porcentaje muy alto tiene que ver con el momento en que los padres retiran las pantallas teléfonos, ordenadores y tablets a los hijos".

En esa preocupación constante por la educación de los vástagos debe entrar en juego el papel de los pediatras. "Tenemos una gran responsabilidad, somos la vía de conexión directa entre las familias y los niños y contamos con la autoridad suficiente", aseveró el experto.