"Hoy tengo una misión: que la gente se despierte sonriendo". Así lo asegura Ángel Zero, un joven gijonés de 27 años que ha sorprendido a la ciudad con una oleada de poesía. La madrugada del viernes, este peculiar escritor decidió empapelar los espacios más céntricos de Gijón con un millar de carteles, que recogían un total de cien fragmentos de sus propios poemas.

Ocurrió entre las 11 y las 6 de la madrugada, momento cuidadosamente elegido para que nadie pudiera saber lo que estaba ocurriendo, y así, cuando se despertaran a la mañana siguiente, los gijoneses pudieran llevarse una grata y romántica sorpresa. "La historia comenzó hace unos siete meses, pero no estaba premeditado que saliera así. Empecé a escribirle un poema cada día a una chica de la que me enamoré, y cuando me di cuenta había acumulado muchísimos", explica el autor de los versos.

A raíz de eso, el joven poeta decidió distribuir la colección en dos libros, titulados "Ella", en honor a la musa. La suma de los poemas escritos durante esos meses ascendía a casi el millar, pero en los libros solo pueden encontrarse "365 días", forma que tiene el autor de llamar a cada uno de ellos y cuyos versos van desde el "lo más empalagoso" hasta "el amor es una mierda".

El objetivo del acto poético de empapelar las calles, además de conseguir sonrisas, era llamar la atención de los ciudadanos. "Estoy buscando financiación para poder publicar mis libros. Lo que pretendo hacer es un crowdfunding físico. Los que me ayuden al principio de esta aventura, recibirán el libro a un precio más bajo", explica Zero.

La idea del autor es que las aportaciones sean de entre 10 y 30 euros, y que quien quiera abonarlas reciba a cambio uno o dos de los libros: cuanto mayor sea la aportación, mayor será la recompensa. "La idea es seguir haciendo cosas, quizá algo en Madrid, donde ya estoy moviendo los hilos", asegura, misterioso. Pero la aventura comienza en Gijón, ciudad natal del poeta. "No podía ser de otra manera, yo nací aquí y le tengo un cariño muy especial a esta ciudad".

La iniciativa; original, romántica y emotiva, conmovió a los viandantes gijoneses. "Creo que he conseguido mi objetivo. El amor se está gastando, la gente ya no dedica tiempo a hacer estas cosas o a los pequeños detalles. Hay que vivir el momento, hay que arriesgarse", asegura este loco enamorado.