El gobierno local de Foro ha encontrado "una alternativa" para la concesión de ayudas para rehabilitar "barrios degradados" con el fin de evitar el reguero de afectados que está dejando esta línea de subvenciones, cuya declaración por parte de los beneficiarios ha generado que tengan que afrontar grandes desembolsos a Hacienda así como mermas en pensiones mínimas y otras prestaciones sociales. Así, las ayudas se fraccionarán en cinco anualidades -tal y como solicitaban desde el PSOE- de tal forma que las cantidades que tengan que declarar los vecinos sean menores, reduciendo así su impacto fiscal.

Así lo anunció ayer Carmen Moriyón en una entrevista concedida a Ser Gijón a dos días del debate plenario. "La Intervención municipal, por activa y pasiva, nos dijo que el Ayuntamiento tiene que controlar toda la subvención y abonarla en dos años. Ahora se ha consultado a otros técnicos y se ha encontrado una vía que no nos dio la Intervención. Creo que estaremos en condiciones de cambiar las bases por tercera vez", explicó Moriyón.

Las bases de estas ayudas ya se cambiaron tras la experiencia en la calle Francisco Eiriz, en Jove, por la polémica surgida por descargar la responsabilidad de la gestión de una gran subvención municipal en los vecinos. Precisamente en Francisco Eiriz surgieron los primeros casos de mermas en pensiones mínimas y prestaciones sociales, máxime cuando el gobierno local decidió abonar dos anualidades en un año, algo que, recalcó Moriyón, "no es ilegal".

La Alcaldesa no quiso entrar a fondo en la situación de estos vecinos de Jove, a los que se les ha ofrecido unas compensaciones que han levantado ampollas por sus restrictivos requisitos. "Para las personas con prestaciones minoradas hay una línea de ayudas en Servicios Sociales que ya está funcionando. Eso está orientado", zanjó Moriyón.

Los primeros afectados por el cambio de bases serán los vecinos de Inuesa, en Tremañes. A un mes del plazo oficial estimado para el final de las obras de la primera fase, algunos vecinos ya habían empezado a movilizarse para evitar un pago en dos anualidades que genera un serio perjuicio en su economía personal. Un ejemplo a partir de la simulación de la declaración del IRPF de un vecino en paro: con los mismos ingresos personales debería pagar a Hacienda 2.100 euros si se le computa la subvención en dos años, y 58 euros si la división se hace en cinco ejercicios.