Era una idea (la de crear un taller municipal de música donde ensayar, grabar maquetas...) que ya procedía de cinco años antes con Daniel Gutiérrez Granda como concejal de Juventud. Ahora era una realidad tras haber tenido lugar unas pruebas para seleccionar al director; René de Coupeaud había conseguido la plaza ante ocho opositores. Hablaba Coupeaud de algo vanguardista entonces, "composición por ordenador". El local era uno de 500 metros cuadrados en los bajos de El Molinón.