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El informe ambiental debe preceder a las obras en Arcelor, advierten los ecologistas

La Plataforma Contra la Contaminación, satisfecha con que el Principado reclame un estudio más exigente para la reconstrucción de las baterías

Representantes de asociaciones ecologistas y vecinales mostraron ayer su satisfacción con la decisión del Principado de exigir a ArcelorMittal un Estudio de Impacto Ambiental Integrado, para darle de paso el proyecto de reconstrucción de las baterías de coque en la factoría de Gijón, clausuradas en 2013. Los ecologistas sostienen que la tramitación ambiental debe estar completamente superada antes de que la multinacional inicie la obra de las nuevas baterías.

Arcelor había presentado al Principado un estudio ambiental simplificado de su proyecto para las baterías de Gijón. Se trata de un trámite menos riguroso que el estudio integrado, que es el que ahora les reclama el gobierno regional. El Principado atiende de ese modo una alegación en la que coincidieron ecologistas, asociaciones vecinales y la Plataforma Contra la Contaminación en Gijón. La multinacional ya ha encargado la redacción del estudio ambiental completo que le exige el Principado, que tardará en estar concluido entre tres y cuatro meses. La compañía considera que esto no retrasará el proyecto, al tramitarlo a la vez que ejecuta la obra de las baterías. El primer paso lo va a dar en los próximos días, solicitando al Ayuntamiento de Gijón licencia para demoler la parte de la vieja coquería de Veriña que no va a aprovechar.

Los ecologistas consideran que no habrá impedimento para iniciar la demolición de las viejas instalaciones, pero sostienen que el paso siguiente, la reconstrucción de la instalación, sólo podrá comenzar cuando haya concluido toda la tramitación ambiental. Ese criterio no es compartido por la multinacional, que estima que la obra es una reconstrucción de unas baterías ya existentes y que disponen ya de una Autorización Ambiental Integrada. Esa postura es cuestionada tanto por la Coordinadora Ecologista de Asturias como por Ecologistas en Acción, dado que la instalación lleva cerrada tres años. "Pueden pedir al Ayuntamiento licencia para la demolición, pero para la construcción deben es preceptivo que antes tengan aprobado el estudio de impacto ambiental", señala Fructuoso Pontigo. Paco Ramos, de Ecologistas en Acción, añade que antes de iniciar la construcción tiene que haber un periodo de información pública del proyecto y su estudio ambiental. Un periodo en el que habrá alegaciones.

Respecto a la decisión del Principado, Ramos señaló que "la movilización en algo funciona", y añade que en el proyecto que ha presentado Arcelor "lo único nuevo son elementos de depuración de gases y captación de polvo" y que seguirán exigiendo que se dote a la nueva instalación de "las mejores técnicas disponibles". Pontigo consideró "un paso importante" que el Principado exija un estudio ambiental completo, pero advirtió que ese estudio "lo hará una empresa a la que pagará Arcelor y que pondrá lo que quiera el cliente" y apuntó que siguen apostando por exigir que la siderúrgica "haga unas baterías completamente nuevas y en condiciones", que atiendan las necesidades de la factoría pero que "no contaminen Gijón y Carreño".

El responsable de medioambiente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana, José Luis Rodríguez Peón, valoró como una buena noticia que "el Principado se empiece a tomar en serio el problema de la contaminación" tras la presión de los integrantes de la Plataforma Contra la Contaminación. José Luis Aguirre, responsable de medioambiente de la federación vecinal de la zona rural "Les Caseríes" añadió que la exigencia de un estudio exhaustivo a Arcelor "no quiere decir que estemos en contra de la empresa, sino que pedimos que la salud de los ciudadanos sea la mejor posible".

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