El documento de revisión del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de la Aglomeración de Gijón, elaborado por la Consejería de Medio Ambiente, contempla endurecer los límites de emisiones contaminantes de la industria pesada, modificando las autorizaciones ambientales para la factoría de Arcelor Mittal en Veriña, la térmica de EdP en Aboño y la cementera de Tudela Veguín en Aboño.

El Principado ya ha puesto en marcha esa actuación, con las revisiones de las autorizaciones ambientales, según refleja el documento, de 1086 páginas, incluyendo anexos. La modificación de las autorizaciones ambientales es una de las 17 medidas incluidas en la revisión del plan, a cuya ejecución el Principado destinará más de 5,71 millones de euros.

Las propuestas fueron ayer trasladadas por la consejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, al comité de seguimiento del plan, en el que también participan representantes municipales, vecinales, empresariales y ecologistas.

Además del "establecimiento de límites más estrictos en los focos de emisión; un reforzamiento del control de la actividad industrial con el estableciendo sistemas de videovigilancia para tener un control más intensivo de emisiones", el plan también contempla establecer medidores en continuo en focos que antes no estaban monitorizados por el Principado, como es el caso de la acería de la factoría de Arcelor (sí están monotorizadas ya otras instalaciones de la siderúrgica), puso como ejemplo.

La consejera matizó que la mejora de la calidad del aire es "un desafío complejo, porque hay que buscar equilibrios entre esa legítima aspiración que la ciudadanía tiene por respirar aire puro y cada vez más puro y la necesidad de mantener una actividad económica y de desenvolverse y poder atender las necesidades básicas que comportan desplazamientos que a diario hacemos todos nosotros".

Poco antes de la reunión, Belén Fernández ciñó los problemas de exceso de contaminación en Gijón al entorno de El Lauredal, los barrios próximos a El Musel y Monteana, indicando que "al margen de estos tres ámbitos, lo que constata el conjunto de las estaciones oficiales e industriales es que la radiografía del aire al cierre de 2016 ha mejorado los indicadores de polución respecto a 2015 y 2014", lo que a su juicio es "la prueba del algodón de la eficacia de las medidas que estamos aplicando".

La consejera destacó que las "zonas prioritarias" en las que va a intervenir el Principado son las tres en las que han constatado que se superan los niveles establecidos de contaminación. De hecho, entre las 17 medidas planteadas se incluyen estudios para determinar la procedencia de la contaminación en Monteana, El Lauredal y los barrios próximos al Puerto (Jove, Pescadores y Portuarios).

También se van a instalar captadores para determinar el alcance de la zona afectada por la polución alrededor del parque de El Lauredal, después de que un equipo móvil de medición haya "constatado niveles significativos de partículas PM 10", uno de los contaminantes más dañinos.

En las tres zonas prioritarias apuntadas por la consejera los problemas no son idénticos. El Lauredal y Monteana padecen altos niveles de partículas de pequeño tamaño, las más nocivas para la salud, mientras que el entorno de El Musel tiene un problema de partículas sedimentables, menos nocivas pero muy molestas para los vecinos que ven cómo el polvo procedente de los graneles portuarios ensucia sus domicilios. "Y ahí también vamos a hacer un estudio para conocer la procedencia" de esas partículas y actuar de la manera lo más eficaz posible sobre sus causas, recalcó la consejera. Entre otras cosas, se ubicará una estación de control de la contaminación en Jove y el Puerto trasladará la que tiene en la Campa Torres a Portuarios.

El Principado también establecerá sistemas de videovigilancia sobre el Puerto y sobre las industrias de Aboño y próximas a Monteana.

Belén Fernández anunció el nuevo plan tras una visita al Puerto, que ha invertido 755.000 euros en medidas para mitigar la polución.

La primera versión del plan de calidad del aire en la aglomeración de Gijón data de hace dos años y medio. La actualización, que sale ahora a información pública durante un mes, tendrá una vigencia hasta 2019. El nuevo documento incluye medidas relacionadas con la investigación y conocimiento de la situación, medidas industriales, portuarias, de tráfico y de información a los ciudadanos. Ese documento servirá de base para modificar el plan de calidad del aire que afecta al oeste de Gijón (La Calzada, Veriña, Tremañes y Jove) y el este de Carreño (Pervera y Carrio).

Aportación de ideas

Las medidas que afectarán a la industria son, además de la reducción en los límites de emisión de sus autorizaciones ambientales, mejoras en la manipulación de graneles en las instalaciones de Arcelor, en especial cerca de Monteana y también la inclusión en las autorizaciones ambientales de las industrias de medidas específicas para aplicar cuando las condiciones meteorológicas impidan la dispersión de los contaminantes. En cuanto al Puerto, se revisarán los criterios de manipulación y acopio de graneles, se concluirán la instalación de apantallamientos, mejoras en el riego de parvas con un "sistema inteligente" que actuará cuando se prevean condiciones meteorológicas adversas, así como en la limpieza de viales. Otras medidas están dirigidas a mejoras en la movilidad, para reducir la contaminación del tráfico.

Además se intensificarán las inspecciones y se elaborarán informes anuales sobre las enfermedades relacionadas con la contaminación. La consejera recalcó que también se va a mejorar la información a los ciudadanos, con paneles, a través de la web y con una "app" para móviles que se está diseñando para alertar de los niveles de polución.

El nuevo documento tendrá vigencia hasta 2019 y no se trata de un texto cerrado, sino que la Consejera puso énfasis en que esperan la aportación de "ideas positivas y constructivas, que estaremos encantados de recoger siempre que sean planteamientos sensatos, realistas y viables".