El ahora cesado Javier Domingo Ahijado, en su calidad de jefe del servicio técnico de Urbanismo, inició ya en septiembre de 2015 una serie de comunicaciones formales alertando de los errores y deficiencias que detectaba en la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación (PGO). Errores y deficiencias de las que se daba traslado desde Urbanismo al equipo redactor para su subsanación. No siempre con éxito.

Esos primeros informes tuvieron su epílogo en el borrador presentado a los grupos políticos a finales del pasado enero en la comisión extraordinaria del Plan General y que llevó a suspender el procedimiento en marcha. Ediles de la oposición exigieron informes jurídicos y técnicos complementarios ante la gravedad de los errores enumerados en ese informe por Domingo. Unos días después Foro anunciaba su destitución, que aún no se ha ejecutado formalmente. El polémico documento fue entregado a los grupos por Domingo a petición del presidente de esas comisiones, el concejal forista Fernando Couto.

La supervisión de Domingo Ahijado sobre el PGO se suspendió en enero del año pasado al quedar de baja el funcionario tras sufrir un infarto. Fue en ese periodo de tiempo cuando el documento de aprobación inicial del Plan General llegó al Pleno, con la firma como técnico municipal de María López Castro (ahora directora general de Coordinación de Infraestructuras) . Y allí fue aprobado con los votos de Foro, Xixón Sí Puede, PP, IU y Ciudadanos. Sólo el PSOE votó en contra.

El funcionario volvió a su puesto en junio de 2016. Y al recuperar la supervisión del Plan General detectó que muchas de las cuestiones incluidas en sus informes no se habían corregido a lo largo de esos meses. Un hecho sobre el que llamó la atención de manera oficial. Fue en ese periodo de tiempo cuando Emilio Ariznavarreta, responsable de la unión temporal de empresas formada por Bilbaína de Proyectos y Urbania 2003 Arquitectura que se estaba encargado de la redacción del Plan General, optó por prescindir de gran parte de su equipo alegando discrepancias tanto personales como profesionales. La cabeza más visible de los despedidos fue Víctor García Oviedo, que había destacado como interlocutor de entidades y políticos en ese proceso.

Desde la jefatura de Urbanismo se estableció un sistema de reuniones con los nuevos miembros del equipo redactor en favor de ir realizando las correcciones pendientes. Correcciones que ahora sí se iban ejecutando aunque con lentitud.