Chema Prado (Lugo, 1952) fue el director de la Filmoteca Española durante 40 años. Diplomado en Arquitectura de Interiores, se ha dedicado toda su vida al cine, como programador y responsable de la Filmoteca. Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1995 y se le considera un referente para el conocimiento de la historia del cine español. Ayer estuvo en Gijón como programador invitado en Laboral Cineteca para presentar una programación especial que incluye las proyecciones de "Il bacio di Tosca", "Memorias del subdesarrollo", "Madame de.." y "Jeanne Dielman".

-¿Qué tal le ha sentado la jubilación?

-Pues muy bien. Me fui va a hacer un año en marzo y no echo en falta la actividad diaria porque fue muy intenso, fueron 40 años con mucha responsabilidad y los últimos años fueron particularmente difíciles, la situación era precaria en ese momento en todos los sentidos, con falta de personal, de dinero... Ahora he tomado mucha distancia, he estado viajando, como jurado en algún festival, y quiero volver a recuperar la fotografía, que es otra de mis pasiones. Incluso expuse en el Antiguo Instituto Jovellanos cuatro series de fotos mías hace años.

-Si tuviera que resumir sus 40 años en la Filmoteca, ¿cómo lo haría?

-Es complicado, porque me he ido con una sensación agridulce, sobre todo en la última etapa. He vivido también momentos fantásticos, y en este punto tengo que reivindicar el equipo de personas fantástico con el que he colaborado. El grueso de ese equipo viene como yo de los años 70 y hoy apenas queda nadie, casi todos se han jubilado. Con la crisis y los recortes no se recuperaron las plazas y todo eso hacía tan complicado el trabajo que decidí que tenía que retirarme.

-¿Cuál fue el mayor reto al que tuvo que enfrentarse a lo largo de su carrera?

-Construir el Centro de Conservación y Restauración, un proyecto en el que estuvimos 25 años y que suponía un reto porque se trataba de crear las mejores condiciones para el almacenamiento de todos los materiales. Se demoró muchísimo y lleva funcionando apenas dos años, pero estamos muy orgullosos. Antes los materiales estaban dispersos en diferentes almacenes y no siempre en buenas condiciones. Además es un edificio destinado a todo el área técnica de la casa, con laboratorio digital, fotoquímico, áreas de catalogación... El resto está todo en el Cine Doré y en la sede central del Palacio Perales. Me tocó vivir varios momentos interesantes desde el 76, cuando me tocó ser responsable de programación. Mi primer trabajo fue ese, luego fui adjunto a la dirección y en el 88 entré en la dirección. Ha sido una carrera interesante, vengo del campo de la arquitectura de interiores y al principio no lo tenía claro, pero en seis meses decidí que la vocación más grande era esta y estoy muy satisfecho de haber tomado la decisión.

-¿Cuál ha sido el mayor logro?

-Fue muy importante el hecho de haber puesto en red más de 1.200 horas de materiales y fondos de titularidad estatal, el Nodo está ahora accesible en internet con una calidad muy grande. Surgió además de una colaboración con Radio Televisión Española, y ahí hay de todo: desde películas que hemos restaurado hasta material de la Guerra Civil. En los últimos años ya no pudimos hacer exposiciones, producto de los recortes.

-¿Cómo sortear todos esos recortes?

-Yo tengo claro que el único futuro que veo para la institución de la Filmoteca Española es que se homologue a los otros centros patrimoniales de referencia como la Biblioteca Nacional, el Prado o el Reina Sofía. La Filmoteca debería ser un organismo autónomo, con autonomía suficiente y una ley propia. De hecho la Filmoteca, que nació en el año 1953 con Hernández Cuenca y Florentino Soria, en los primeros años 80 se constituyó como organismo autónomo, la misma aspiración que tenemos ahora. Entonces se dio un periodo de tiempo para su desarrollo. No se cumplió y en el ínterin es cuando entró de directora general Pilar Miró, que creó el Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, y pasamos de ser un organismo autónomo a ser una subdirección general del organismo autónomo ICAA. Y el tema central en el Instituto nunca ha sido la Filmoteca, siempre hemos sido colaterales. Los temas centrales son los que tienen que ver con la industria, hacer películas y la promoción. Quiero pensar que la gente que entra ahora viene con buenísimas intenciones y ojalá se materialice esa aspiración de autonomía. Pero soy escéptico, he vivido muchos años con esta esperanza. Si esto no se aborda, siempre vamos a quedar relegados. La gran lástima es que a lo largo de los últimos años hemos hecho un gran trabajo de formación, y que como no había posibilidad de contratar a estos profesionales se han ido fuera.

-¿Queda mucho trabajo de restauración por hacer en el cine español?

-Quedará siempre. El material de nitrato celulosa está pasado en su mayor parte a seguridad pero el trabajo es ilimitado.

-¿Cómo ha afectado la digitalización a su trabajo?

-Ha sido importantísima para favorecer el acceso y la difusión, ha sido un fenómeno en todos los niveles. Lo que ocurre es que el tema del digital no está ligado a la preservación del patrimonio, el hecho de digitalizar algo no quiere decir que lo vas a tener siempre. Vas a tener que actuar siempre sobre esa digitalización. El fotoquímico sí que se conserva, muchas filmotecas tienen películas de más de cien años; si las condiciones son buenas se mantienen perfectas. El digital no está testado.

-¿Qué le parece el proceso de relevo en el Festival de Cine de Gijón?

-Lo conozco un poco de oídas. Sé que hay un nuevo proceso en marcha tras el fracaso del primero. He sido visitante asiduo, he asistido al Festival de Cine de Gijón en numerosas ocasiones y espero que haya una decisión sensata. Que no pierda la tradición que ha tenido siempre este festival, sería una lástima. José Luis Cienfuegos le dio un impulso impresionante, poniéndolo como un espacio de referencia y Nacho Carballo siguió ese esquema. Confiemos en que se resuelva satisfactoriamente porque la ciudad y el pedigrí del festival lo merecen.

-¿Qué se encontrará el público en este ciclo de proyecciones que hoy inaugura?

-Teníamos la premisa de que se tratara de películas restauradas en los últimos tiempos para tener una calidad óptima, y decidí optar por cineastas que han hecho cine en cuatro décadas diferentes y que en España no han tenido, en algunos casos, apenas difusión. Verdaderamente merece la pena ver estas piezas.