Hace varios años que la gallega Olga Rico guardaba su novela "Los disfraces de la traición" en un cajón, solo al alcance de su círculo más íntimo. Pero no fue hasta que comprobó el éxito que suscitó su primera narrativa, "Cuando el pasado despierta", cuando se decidió a publicarla. Mañana, a partir de las 20 horas, en la librería "La Buena Letra" , presentará esta suerte de thriller ambientado en los pasillos del antiguo HUCA, protagonizado por una neuróloga y un árabe multimillonario.
Rico define su novela como un híbrido entre "novela negra, de intriga, misterio y traición, con el hilo conductor de una historia de amor". Esta coruñesa, nacida en Pontedeume, compagina sus dos grandes pasiones, la literatura y la medicina, que ejerce en el centro de salud ovetense de La Lila. "En mis libros se entremezclan", relata, "me inspiro en lo que conozco, en la medicina, y así me es más sencillo perfilar los personajes".
Precisamente por ello, en sus novelas se pueden ver reminiscencias de sus experiencias en urgencias, donde trabaja. "Tenemos que sobrellevar vivencias muy duras", explica Rico, "convivimos a diario con la muerte y la tristeza de las personas". Por eso, se declara firme partidaria de la "libroterapia", como ella misma la nombra. "Leer nos abstrae del mundo, nos entretiene y nos hace olvidarnos de nuestros problemas", razón por la cual Rico afirma que "sirve para descargar en momentos que lo necesitemos, además de relajar nuestra musculación y ritmo cardiaco".
Pero sus libros no son únicamente terapéuticos para sus pacientes. Rico también se siente liberada cuando escribe, por las tardes, antes de comenzar sus maratonianos turnos en urgencias, que le sirven como inspiración literaria.
A fin de cuentas, "la realidad siempre supera a la ficción", enfatiza, "aunque yo siempre intento quedarme con la parte positiva de todo". Para Rico, es evidente que "la medicina tiene mucho de novela negra", explicita, pensando en las mafias de las industrias farmacéuticas, para la autora un tema "muy literaturizable" o en la falta de una "medicina gratuita y universal como la que existió en los últimos años en España y que no podemos perder", arguye.
Rico tiene claro que, cuando se jubile y tenga más tiempo, se dedicará en cuerpo y alma a la literatura pero, mientras tanto, "como decía Chéjov, la medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante". Unos affaires permitidos por su marido, su mayor crítico y fan.
