Hace ahora 25 años echaba a andar en Gijón la titulación de Ingeniería Informática. Fue en el curso 1991-92 y su implantación obligó a transformar la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Gijón en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales e Ingenieros Informáticos, germen de la actual Politécnica. Y fue, sobre todo, un momento de ilusión y de cierta incertidumbre.

Los pioneros en aquellos años (la mitad de la primera promoción fueron mujeres) han visto triunfar una profesión que, como señalaron ayer los asistentes al acto solemne de celebración de las bodas de plata, "ha alcanzado el pleno empleo; cualquier estudiante en tercer curso de la carrera puede ponerse a trabajar ya si lo desea", resumió el director de la Escuela Politécnica, Juan Carlos Campo.

Ha sido un cuarto de siglo de "gran proyección", como indicó por su parte Aurora Barrero, decana del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Informática, antes de señalar los puntos fuertes de la profesión en la actualidad: "la ciberseguridad y la industria 4.0". Dos campos que hacen necesario "adaptar los planes de estudio a la realidad laboral". Y, dadas las circunstancias actuales, en las que las mujeres apenas suponen el 15 por ciento de la matrícula en las carreras técnicas, "debemos esforzarnos para llegar a las mujeres", sostuvo Barrero, así como "atraer a los profesionales que se tuvieron que ir fuera".

La Ingeniería Informática se ha convertido en "una herramienta con apabullante poder transformador en la sociedad", apostilló José García Fanjul, decano del Colegio Oficial de Ingenieros en Informática, para quien es vital la puesta en marcha de políticas que puedan "impulsar Asturias desde las competencias de la informática", atrayendo además a los profesionales que se quieran quedar a trabajar en la región. De hecho, Fanjul considera ineludible fomentar las competencias digitales de los empleados del futuro, habida cuenta de que serán necesarias "en el 90 por ciento de los trabajos, mientras que en la actualidad sólo el 40 por ciento de la gente las tiene".

Y dentro de esta estrategia, de nuevo se hace necesario dirigir un mensaje a las chicas, toda vez que, como relató Camino Rodríguez Vela, directora del Departamento de Informática de la Universidad de Oviedo, "tenemos un 20 por ciento de profesoras frente a un ocho por ciento de alumnas; hay que convencer a las chicas de que la informática no es una profesión de frikis", especialmente si se tiene en cuenta que la primera promoción fue paritaria: "deberíamos conseguirlo de nuevo", indicó Camino Rodríguez.

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, puso por su parte a la Ingeniería Informática y por extensión a las empresas de la Milla del Conocimiento como ejemplo de "búsqueda de la innovación y la calidad", además de ser "expresión de prestigio y excelencia". Precisamente por ello fueron premiados ayer desde los colegios profesionales los alumnos Pablo Villavoy García y Pablo Pérez Núñez.

La regidora aprovechó su visita a la Politécnica, en un acto al que también asistió el rector de la Universidad, Santiago García Granda, para insistir en que la construcción de la residencia de estudiantes es un tema pendiente que quiere cumplir "por encima de todo", y aunque el proyecto tuvo "muchos avatares", la alcaldesa asegura que el próximo mes de junio estará resuelto el problema de las licencias de obra a través de las alegaciones al Plan General de Ordenación de la ciudad. El PSOE duda en cambio de que dicho trámite pueda salir adelante. "Es jurídicamente dudoso que este problema pueda resolverse con una posible aprobación del informe de alegaciones del PGO", denunció ayer la concejala Marina Pineda.

Moriyón se refirió también al convenio con la Universidad, del que destacó que no estará sometido a los vaivenes políticos en 2019, año en el que la nueva corporación que salga de las urnas pueda decidir qué quiere hacer con él. Santiago García Granda, por su parte, destacó el carácter "histórico" de un convenio que permitirá a la institución trabajar "con mucha más tranquilidad".