Gabino Ibáñez, quien regentase junto a su mujer, Nieves González, el mítico restaurante Los Hórreos que alcanzó gran prestigio en La Providencia hasta que echó el cierre en 2011, falleció ayer a los 64 años de edad y hoy tendrá lugar su funeral, de cuerpo presente, en la iglesia parroquial de San Julián de Somió a las cuatro de la tarde. Ibáñez, que se labró fama a base de un cocina de calidad con buenos productos del mar, fue el primer chef de Gijón que consiguió el reconocimiento de una estrella Michelín.

Nació en Colombres y allí inició su vida en la hostelería, cuando apenas tenía 13 años. Fue botones en el hotel San Ángel. Todavía con catorce años, se enfrascó en una aventura por el País Vasco para trabajar ya en cocinas. De hecho, consideraba al chef Miguel Pérez, de Lequeitio, su gran maestro. Cuando regresó a Colombres, con 19 años, ya era jefe de cocina del hotel San Ángel.

Es en 1976 cuando se traslada a Gijón y empieza a trabajar como chef de Los Hórreos. Tras abrir su primer negocio propio y un paso por Reinosa, adquiere finalmente el restaurante de La Providencia en 1981. "Aquí tenemos una cocina basada fundamentalmente en pescados y mariscos, y en ella busco un toque muy personal que conjuga sabores vascos y asturianos. Voy a lo sencillo y natural, donde los salsamentos realcen y potencien los sabores originales del producto natural. Por eso únicamente nos movemos en tres salsas: la marinera, la vasca (muy particular de la casa) y a la sidra. Y es que el pescado y el marisco solamente tienen un truco: la calidad y la frescura", decía el popular cocinero cuando ya destacaba entre los fogones.

Gijón ha perdido así a uno de los grandes pioneros de su cocina, que deja mujer -Nieves González, quien le acompañaba en la cocina de Los Hórreos- y dos hijos: Daniel y Edurne.