A José Manuel Rodríguez una operación de hombro le cambió la vida. Se complicó y necesitó una transfusión de dos litros de sangre. Perdió el conocimiento. "Estuve más para allá que para acá", recuerda. Y tomó de verdad conciencia de la necesidad de donar sangre. Ayer participó en Gijón en la carrera "Dona vida". "Hasta que no te pasa en primera persona no sabes lo que es. Donar sangre es algo más que necesario", afirma José Manuel Rodríguez, que corrió acompañado por Mirian Gómez, José Gómez, Raquel Miranda y Mónica Fernández, donante de médula para un trasplante a su madre.

Más de 800 personas desafiaron al orbayu para correr por una causa solidaria: la de concienciar de la necesidad de donar sangre y órganos. La carrera "Dona vida", de siete kilómetros, con salida y llegada en la playa de Poniente, tuvo como ganador a Raúl Álvarez, del Gijón Atletismo. "Cuando se corre por una causa solidaria la satisfacción de ganar es mucho mayor", señaló Álvarez. En categoría femenina se impuso Liliana Otero.

El deporte sirvió, una vez más, como canal para difundir una causa solidaria. "Vivir y deporte siempre van unidos. Hay que concienciar aún más a la gente. Se necesita una mayor implicación en el tema de las donaciones", indica Nuria Iglesias, donante de sangre, que participó en la carrera junto a su amiga Rosi Pérez, que se va a hacer donante de médula.

Esperanza Fernández y Armando Santos tenían claro que hay que "aprovechar el tirón del deporte para concienciar", y en el caso de Santos añadió que "me ha tocado muy de cerca y sé la importancia que tiene, porque a mi hermana le hicieron un trasplante de riñón". También participó en la prueba Andrés Tuero, que llevó corriendo la silla de su amigo César Jesús Fernández, sin piernas desde hace quince años por un problema de circulación.

Y animados por los acordes de "Brindemos por la vida", de "Macaco", en la línea de meta de Poniente, se cerró una hora intensa, pese a la débil lluvia que acompañó a la carrera, con la satisfacción del deber cumplido de los más de 800 corredores de la prueba "Dona vida". "Es muy importante colaborar. Cada vez la gente está más concienciada, pero aún hace falta más ayuda", señala Pablo Fonseca, de 30 años, que lleva siendo donante desde los 18.