María Teresa Sión lleva un mono negro, zapatos de tacón, un llamativo colgante de flores y su melena rubia al viento. Dice que no tiene mal aspecto, pero lo cierto es que rebosa optimismo y vitalidad, pese a su historial médico y afectivo: dos trasplantes de riñón, un ictus y su único hijo fallecido. Sión es enferma de lupus, una afección provocada por el sistema inmunológico y que en Asturias padecen unas 400 personas, desde hace 42 años. "Estoy de maravilla, hay que ser positivos y alegres", confiesa. Ella lo es. Y es por ello que ayer la Asociación Lúpicos de Asturias (Alas) reconoció su fortaleza como socia de honor, un galardón que le hizo llorar de emoción.

No fue la única homenajeada ni la única a la que le cayeron las lágrimas sobre el escenario del palacio de congresos del recinto ferial Luis Adaro, donde se celebró un encuentro internacional de expertos. El colectivo que preside Nélida Gómez, y que este año celebra sus 20 años de vida, premió además a José Luis Fernández, Javier Alperi, Elena Piñera, Isabel González (no pudo asistir por problemas de salud), Carmen Navarrete y Tomás García. Los dos últimos recibieron el galardón "lúpicos de Asturias" por su labor como administradores dentro de la asociación. "La solidaridad y el asociacionismo es la base de nuestra lucha", expresaron.

Es la primera vez que Alas condecora a sus socios, los enfermos, en vez de a médicos. "Creíamos que ya tocaba", precisó Nélida Gómez. Y con historias como la de Teresa Sión aún más: "Llevo 42 años con lupus, pero tardaron mucho en detectarlo y todo lo solucionaban con cortisona. No es como hoy...". Por su parte, José Luis Fernández, "Pepe" para los amigos, lleva en la asociación Alas desde sus inicios en 1997. Casi puede decirse que la vio nacer. Su mujer, José María García, fue una de las fundadoras. "Me congratula mucho este premio. Lo recibo con orgullo", afirmó visiblemente emocionado. Convivir con una enferma de lupus asegura que no es fácil, pero todo por amor: "No podemos salir de casa cuando hace sol".

El acto estuvo presidido por Nélida Gómez, quien hizo un repaso por la trayectoria del colectivo, que esta misma semana recibió un premio de la Escuela de Salud del Ayuntamiento de Tineo. Gómez destacó, durante su intervención, que Alas fue la base en 2001 para que el fármaco hidroxicloroquina estuviese en las farmacias españolas y que "somos muy pesados" pidiendo que autobuses, marquesinas y hasta colegios instalen filtros solares. Ayer, el colectivo sumó a su palmarés de logros un nuevo certificado de calidad ISO y el mérito de haber reunido en Gijón a médicos de la talla de Bernardo Díaz (coordinador de la UCEAS del HUCA), Jorge Sánchez Guerrero (Universidad de Toronto) y Guillermo Ruiz-Irastorza (Hospital de Cruces, País Vasco).