El comercio local lleva ingresado medio millón de euros por ventas vinculadas a las ayudas municipales de la denominada renta social. En concreto, la estadística de ventas el día antes del inicio del puente festivo contabilizaba 520.000 euros en transacciones realizadas desde 518 tarjetas de otros tantos beneficiarios de este programa de la Fundación Municipal de Servicios Sociales de Gijón. Un programa que nació con la intención de completar desde el Ayuntamiento los ingresos de las familias más necesitadas de la ciudad pero que, a través de su gestión conveniada con la Unión de Comerciantes, se ha convertido también en una fuente de ingresos a tener muy en cuenta para el pequeño comercio de la ciudad.
Esta repercusión directa sobre la economía local es una de las singularidades del proyecto social gijonés más valoradas dentro y fuera de la Casa Consistorial. Y también ha servido para ver en acción un nuevo sistema de trabajo. De hecho, la Unión de Comerciantes ha propuesto a los partidos políticos del Ayuntamiento usar las tarjetas para otras acciones de este tipo, como pagar los libros y material escolar subvencionado. Ahora eso se hace con vales de papel.
Este nivel de ejecución real de las ayudas de la renta social avala que el programa va. Más lento de lo que muchos esperan, pero va. Así, ese medio millón de euros ya gastado se corresponde con un 20% del dinero concedido por Servicios Sociales. Aunque desde que la petición de solicitud tiene una resolución favorable hasta que se activan las tarjetas que les permiten hacer las compras hay un importante tiempo de espera por imposiciones técnicas y de control de la Intervención del Ayuntamiento. Desde agosto y hasta ahora, la presidenta de la Fundación de Servicios Sociales, la edil forista Eva Illán, ha firmado diez resoluciones sobre expedientes de la renta social que suman ayudas concedidas por una cuantía de 2.552.311 euros. Ese dinero se reparte entre 1.146 ayudas concedidas en la denominada línea 1 y 20 en la línea 2. Las peticiones denegadas se elevan a 638 a las que hay que sumar 23 casos de desestimientos.
Todo esto en referencia a la primera convocatoria de la renta social que se cerró en julio. La segunda, completada a finales del mes pasado aún está en una fase muy incipiente de evaluación de las solicitudes. Pero de la suma de peticiones de ambas convocatorias queda claro que la renta social es, con diferencia, el programa de ayudas sociales que más tirón ha tenido en la ciudad en los últimos tiempos. En total han pedido esta ayuda 4.905 personas: 3.867 en la primera convocatoria y 1.038 en la segunda. Para ver la trascendencia de esta iniciativa, que Foro incorporó al presupuesto municipal tras la negociación con Xixón Sí Puede e IU, basta recordar que la convocatoria inicial de las ayudas energéticas recibió 2.893 peticiones o que las solicitudes de becas comedor el año pasado fueron 3.263. Hasta ahora eran las ayudas sociales del Ayuntamiento con más tirón.
Tampoco es baladí el compromiso económico del Ayuntamiento con esta iniciativa. Para el actual ejercicio hay una dotación de 5,6 millones y el compromiso para el próximo año ya establecido en las dos convocatorias en marcha es de 2,5 millones. Aunque la idea es ir a más. Ahora mismo la estadística refleja que se conceden siete de cada diez ayudas solicitadas y la media de esa ayuda es de unos 2.100 euros al año. La inmensa mayoría de las familias que optan a este complemento municipal son perceptoras del salario social básico del Principado de Asturias. Es menor el número de candidatos que son perceptoras de algún tipo de ayuda de integración o emergencia del Ayuntamiento. La media de ingresos previos es de 627 euros. Hay que recordar que la renta social -ejecutada a través de una tarjeta que permite hacer compras de productos y servicios básicos- busca alcanzar los ingresos que se consideran mínimos para vivir con dignidad y que, según las bases de las convocatorias, oscilan entre los 665,64 y los 1.065,02 euros al mes según el número de miembros de la unidad de convivencia.
