La Quinta de La Vega, también conocida como la Casa de Nava o la Quinta de Bordiú, ubicada en la parroquia de Jove, es desde este año 2017 patrimonio del Ayuntamiento de Gijón y la Alcaldesa, Carmen Moriyón, ha querido que sea la Navidad el momento para presentar en sociedad este espacio poco conocido del concejo, ya que hasta ahora era propiedad privada -perteneció a las familias Nava, Cienfuegos-Jovellanos y Bordiú- y desde el 2002 hasta este año a la Autoridad Portuaria. Ese conocimiento de la finca, adquirida por el municipio por 1,3 millones, se va a facilitar a partir del lunes, día 18, hasta el 7 de enero, con la apertura al público de los jardines y la incorporación de una iluminación ornamental que se activará el lunes por la tarde. También habrá algunos talleres infantiles durante las vacaciones para generar la visita de familias.

La Quinta La Vega o Bordiú fue construida hacia 1890 con una tipología que, según consta en la ficha del catálogo urbanístico de Gijón, recuerda "a otras similares de este periodo, como la quinta Duro o la Quinta de la Isla, ambas en Cabueñes". Al margen de la casa, que no es visitable, el valor lo pone un jardín de más de 7.000 metros cuadrados que "está casi intacto desde su origen, ya que le faltan algunas plataneras que se derribaron por accidente". Lo que le da mayor valor es "un arbolado que presume de centenario y que en una primera observación está formado por álamos, olmos, palmeras, eucaliptos, magnolios, plátanos y tejos. El estado de conservación es muy variado, siendo bueno a grandes rasgos", recoge el Catálogo. Tiene hasta un estanque curvilíneo y varios conjuntos florales. En origen tuvo hasta un prado para jugar al cróquet.