"¿Cómo estoy yo frente a Dios?, ¿cómo estoy frente al mundo?, ¿cómo estoy frente al espíritu mundano que se me propone a cada rato?". Son las tres preguntas que en su día le hizo el Papa Francisco a Antiguos Alumnos Jesuitas en una convención en Latinoamérica. De su respuesta dependería calibrar cuan infectados están por ese virus jesuítico al que apeló ayer Inocencio Martín Vicente, coordinador de los trabajos de la Compañía de Jesús en Asturias, para agradecer la presencia de numerosos antiguos alumnos del colegio de la Inmaculada. Fue la de ayer la cita "más multitudinaria de la historia reciente de la asociaicón" para celebrar las bodas de platino, oro, zafiro, plata y bronce de las promociones de 1957, 1967, 1982, 1992 y 2007, respectivamente. Parece que el virus no tiene cura.

El presidente de la asociación, el doctor Víctor Manuel Rodríguez Blanco, recordó en su discurso a los jesuitas "amigos" de la entidad que fallecieron en el último año comoPedro Menéndez Cifuentes, "un jesuita de los pies a la cabeza"; Gumersindo Treceño, "el jesuita que más tiempo estuvo en el colegio y el que más años pasó en la Compañía de Jesús", y a Gumersindo TreceñoPachi Cuesta. Fue su discurso un retrato del perfil del antiguo alumno de la Inmaculada, en el que destacan las cualidades de la "perseverancia y el sacrificio" y donde se torna el "el verbo tener por el verbo dar". A ello añadió "el vínculo que se conserva durante toda la vida" entre los compañeros del curso y hacia los muros del colegio.

Tras las palabras de Víctor Manuel Rodríguez llegó el momento de los homenajes y agradecimientos. Tres profesores, a las puertas ya de su jubilación, recibieron ayer el título de "Amigos de la Asociación". Los receptores, Victoria Rodríguez García y José Manuel Corte, docentes en Primaria, y Vicente Moral Palacio, profesor en Secundaria, recibieron palabras de cariño de compañeros y exalumnos que reconocieron "la generosidad y dedicación" con la que década tras década se volcaban en su trabajo, que en los tres casos va más allá de impartir una materia. Después, cada generación relató sus vivencias, diferentes todas ellas, pero bajo los pilares del mismo colegio.

José Antonio Fidalgo, otrora profesor en la Inmaculada y antiguo alumno desde hace sesenta años, fue el encargado de transmitir el sentir de su generación, aquella que ganó el campeonato deportivo nacional de colegios como prueba "la copa más grande que hay en la vitrina de la puerta". Esa copa, y lo que supuso ganarla, le sirvió para resumir, con voz solemne como cuando impartía clase, que los jesuitas "educan para buscar la excelencia" y hacer de sus alumnos "los mejores".

A Fidalgo, le siguieron los discursos del resto de promociones hasta cerrar el acto con la entrega del galardón de "Antiguo Alumno Distinguido" a Luis Adaro de Jove (de la promoción de 1960), presidente de Adaro Tecnología y que en este 2017 recibió también el premio a "Gijonés del año".

Como no podía ser de otra forma, y tras la imposición de insignias, todos juntos acudieron hasta la iglesia parroquial para rezarle a la "Virgen de la Inmaculada" como tantas veces hicieron cuando fueron alumnos. Tras la tradicional visita al "Patio de la Virgen", donde cada promoción realizó las fotografías protocolarias, disfrutaron, la mayoría de ellos, de una comida de confraternidad en el comedor colegial.

"Dar la lata"

La anécdota de la jornada la pusieron los representantes de la promoción de 1982. Ellos fueron los que más "dieron la lata" en la cita, aunque lo hicieron en completo silencio y de forma discreta. La historia es que todos los asistentes de esa hornada jesuítica decidieron llevar una lata de comida para donar a la Cocina Económica en estas fechas navideñas. Una iniciativa que realizaron por primera vez al cumplir los 25 años y que han reeditado una década después con el mismo éxito.