La alerta naranja por fenómenos costeros en el litoral asturiano se materializó ayer en Gijón. Lo hizo en forma de un Paseo del Muro acordonado durante la tarde -hasta casi la escalera 12- ante el riesgo producido por el choque de las incesantes olas del Cantábrico -se calcula que puedan alcanzar hasta los siete metros- contra la defensa del paseo marítimo y la escasa prudencia de muchos ciudadanos, ajenos a las recomendaciones habituales.

El fuerte oleaje ha coincidido además con una pleamar considerable, lo que ha dejado imágenes impactantes en el litoral gijonés, hasta tal punto que las olas se adentraron por la desembocadura del Piles, río adentro, llegando incluso hasta la zona de El Molinón, y la playa de San Lorenzo se quedó prácticamente cubierta por el agua.

Estas escenas, tan peligrosos como atrayentes para los más confiados, motivaron que muchos de los paseantes se empapasen por completo mientras jugaban a hacerse fotografías. Otros, en cambio, se vieron sorprendidos por la fuerza del mar y tuvieron que lamentar algún que otro incidente como en el caso de un hombre que sufrió la fractura de su muñeca izquierda después de que una ola le derribase en una zona próxima a "les chapones", junto a la escalera 18. Precisó incluso atención sanitaria. Las olas y el viento se mantendrán a lo largo del día de hoy en el litoral asturiano, que mantendrá la alerta naranja.